En la ciudad se está notando que obras que fueron adelantadas por la anterior administración se quedaron ahí, sin uso alguno, exponiéndose al deterioro y acción de los vándalos. Fue muy promocionado el hecho de instalar en la glorieta, debajo del puente San Mateo, una cafetería y espacios para que la gente se siente y tenga áreas de descanso.

Pero todo se quedó en enunciados. Porque nada logró concretarse y ahora el riesgo es el de caer detrimento patrimonial, asunto que ahora le corresponde solucionar a la actual administración municipal.

Lo delicado es que el no haber concretado la totalidad del proyecto, ahora la situación enfrenta complicaciones, como la expuesta por una dirigente comunal de esa zona de la ciudad.

“Los habitantes de calle ya duermen ahí y no hay nadie que cuide y riegue las plantas, no dejaron ni una llave de agua para hacerlo, incluso las matas ya se secaron”, dijo Froilana Gelves, presidenta de la junta de acción comunal de San Mateo.

No era solamente construir. Lo importante también era que ese mobiliario urbano localizado en ese punto situado entre un almacén de cadena y una de las zonas rosa de la ciudad, no pudo ser puesto en operación ni entregársele a una institución que lo maneje.

Y como ocurre en esos casos, el descuido y el olvido lo que trae consigo es el deterioro acelerado, convirtiendo de paso el área a recuperar y embellecer en un sitio que puede llegar a ser tomado hasta por la delincuencia si no se le presta la atención debida y hay una actuación urgente.

Allí se invirtieron $1.400 millones en ornato, óptima iluminación, pasos peatonales seguros y una plazoleta con cafetería y baños públicos.

Los peatones que cruzan hacia ambos lados de esa intersección vial se preguntan ¿Qué va a ocurrir con esta obra? ¿Era necesario hacer esto? ¿No había luego otras necesidades de mayor urgencia para los cucuteños? Uno de los interrogantes deberá dilucidarlo Planeación Municipal y la Secretaría de Infraestructura del nuevo gobierno que se posesionó el primero de enero, los cuales deben buscarle la mejor opción para darle operatividad a esa área recuperada.

 Aquí debe de buscarse una alternativa para garantizar el mantenimiento y sostenimiento en el tiempo de aquel lugar, en el cual podrían llegar a tener una incidencia el centro comercial cercano o el almacén del sector.

Esa sería una alternativa para que en coordinación con la Alcaldía y la comunidad se ponga en servicio. La filosofía que llevó al gobierno del exalcalde Jairo Yáñez es que “la visión 2050 nos invita a proyectar un espacio público del que se pueda hacer uso permanente, donde haya garantías de seguridad y en el que los ciudadanos se sientan cómodos”.

Y sobre si había necesidades más urgentes en las cuales se hubiera podido invertir ese dinero, como parte de un rubro más grande, las condiciones maltrechas de la malla vial de la ciudad indican que sí las hay, y muchas.

Aunque ya no se puede echar para atrás, lo cierto es que ese dinero bien podría haberse destinado al reparcheo y recuperación de calles, cuyo asfalto ya ha cumplido su vida útil y hoy se encuentra llena de huecos.

Nadie desconoce que el embellecimiento es algo que va de la mano con una ciudad incluyente, pero también en la planeación debe primar el ejercicio de las necesidades más urgentes y apremiantes, dentro de una priorización de los recursos municipales y así darles un eficiente uso.

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