Por segunda vez consecutiva, el Miss Mesoamérica Internacional tiene sabor colombiano. Olga María Álvarez, la imponente reina afroindígena de La Guajira, logró traer la corona a casa, revalidando el título que en 2024 ganó Brigith Navarro Lugo.

Con porte, elegancia y una oratoria que conmovió al jurado, la joven de 26 años se convirtió en la nueva soberana del certamen.

En El Salvador, la final del concurso fue un espectáculo de emociones. De la mano de las candidatas de Perú y Portugal, Olga María sintió cómo el teatro entero coreaba el nombre de Colombia.

La expectación alcanzó su punto máximo cuando el maestro de ceremonias anunció con entusiasmo: “Miss Mesoamérica 2025, haciendo un espectacular ‘back to back’, es… ¡Miss Colombia!”.

En ese instante, el sueño se convirtió en realidad. La corona pasó de una colombiana a otra, consolidando el poderío del país en la plataforma internacional.

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Una reina con historia

Olga María Álvarez no es una reina más. Su camino en el mundo de los certámenes está marcado por la perseverancia, el orgullo de sus raíces y la reivindicación de la belleza diversa.

Desde su paso por el Concurso Nacional de Belleza 2024 (CNB), donde representó a Riohacha y se destacó como tercera princesa, dejó claro que su presencia iba más allá del glamour: era un símbolo de identidad. Gracias a este título, fue designada para representar al país en el certamen internacional.

Nacida en el corazón de La Guajira, Olga creció en medio de costumbres afro e indígenas, cargando con ella la herencia de su tierra y los desafíos que conlleva ser diferente. En una entrevista con el programa La Red, compartió los obstáculos que enfrentó en su infancia:

“Sufrí bullying por ser negra, por mi cabello crespo… incluso pasé por procesos de alisado que me quemaban el cráneo, porque quería encajar”, confesó.

Sin embargo, con el tiempo comprendió que en su apariencia y en su historia estaba su mayor fortaleza. Inspirada por figuras como Vanessa Mendoza, la primera Señorita Colombia afrodescendiente, decidió abrazar su identidad con orgullo.

Más allá de la pasarela, la Miss Mesoamérica Internacional 2025, también es profesional en enfermería, graduada de la Universidad del Magdalena. Su pasión por el servicio y la vocación humanitaria se suman a su imagen de reina integral, que demuestra que la belleza es un equilibrio entre inteligencia, compromiso y autenticidad.

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Un triunfo que es de todos

Tras su regreso a Colombia, Riohacha la recibió con una celebración multitudinaria. La Alcaldía le rindió homenaje, destacando su triunfo como un reflejo del esfuerzo y la dedicación de los guajiros.

En sus redes sociales, la reina expresó su emoción con un mensaje que resumió la magnitud del momento:

“Volver a casa con esta corona es repetir la dicha de nacer. Llevar el nombre de Colombia en Miss Mesoamérica fue más que un honor, fue un viaje de aprendizaje y hermandad. Esta corona no es solo mía, es de mi gente, de mi Guajira y de cada colombiano que trabaja por ser grande”.

Asimismo agregó que “la verdadera belleza está en nuestras raíces, en la historia que cargamos y en la esencia que compartimos con el mundo”.

Su victoria reafirma que los certámenes de belleza evolucionaron. Miss Mesoamérica International no es solo un concurso de apariencia; es un escenario donde se exalta la cultura, la historia y las raíces de cada participante. Y en esa plataforma, Olga María Álvarez brilló como lo que es: una mujer que lleva en la piel el orgullo de su tierra y en la cabeza la corona de su identidad.

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