Fortalecer la memoria visual es fundamental para asegurar que los estudiantes sean capaces de memorizar y almacenar las palabras leídas en su léxico mental. Mientras se aprende a leer y a escribir, la mayoría de los niños tienen que decodificar fonéticamente las palabras para poder transcribirlas, en ese sentido, ¿Cómo se llega a dominar la ortografía de una palabra? Básicamente cuando se escribe una palabra como “hora” donde no se duda en escribirla con “h” porque se está visualizando la palabra en la mente.
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“No estamos convirtiendo simplemente los fonemas en grafemas, sino que estamos recurriendo a nuestro ‘almacén visual ortográfico’, nuestra memoria visual, para escribir correctamente”, explica Javier Arroyo, cofundador de Smartick.com, plataforma de aprendizaje virtual.
En las palabras con ortografía arbitraria, palabras irregulares y para la diferenciación entre homófonas, la única forma de aprender su ortografía es crear una representación mental visual de la palabra. Para tener almacenada la representación ortográfica de una palabra en nuestra memoria es necesario haberla leído anteriormente varias veces.
“También en el caso de la ortografía reglada durante el aprendizaje lector, el niño va creando en su memoria representaciones mentales de las palabras. En general, cuanta mayor sea la práctica lectora de un niño, mayor será el número de palabras almacenadas en su léxico ortográfico”, comenta el experto.
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Respecto a cómo entrenar esta habilidad, Arroyo menciona que en Smartick Lectura cuentan con ejercicios específicos para contribuir a mejorar esta destreza y se clasifican así:
1. Ejercicios de memoria visual no secuencial: En las primeras actividades los niños tendrán que recordar pocos elementos (dos o tres imágenes) y el orden en el cual se recuerdan no es lo más importante.
2. Ejercicios de memoria visual secuencial: Este es un tipo específico de memoria que permite recordar detalles visuales en la secuencia correcta. Esta es una habilidad fundamental para el aprendizaje de la ortografía y de la lectura, ya que es necesario recordar la secuencia de letras para deletrear la palabra correctamente.
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3. Ejercicios de memoria visual más complejos: La dificultad de las actividades de memoria visual no depende solamente del número de elementos sino también del tipo de recuerdo (secuencial vs no secuencial), de la información a recordar y del orden. En los ejercicios más fáciles hay que recordar imágenes. Cuando se llega a un nivel de dificultad superior se debe memorizar íconos o figuras geométricas porque son imágenes más abstractas.
Existen muchas maneras de impartir conocimiento, entrenar la mente y/o ejercitar la memoria para ir tras el objetivo de mejorar ciertas habilidades que, más temprano que tarde, ayudarán a conseguir metas aún más grandes como leer más o mejor, comprender lo que se lee a cabalidad, tardar menos tiempo en leer cierta cantidad de páginas, entre otros. “Lo importante es descubrir la manera adecuada cómo aprende cada niño y acompañarlo en el proceso, celebrando sus victorias apoyándolo en sus traspiés”, concluye Arroyo.
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