A veces queremos que la vida nos sorprenda… fluir con una conexión y optamos por tener una relación sin etiquetas. Pero, ¿qué pasa cuando sí queremos ir al siguiente nivel? ¿Podría una relación sin etiquetas convertirse en una fuente de angustia o un torbellino de emociones? De acuerdo una encuesta de Bumble, casi 9 de cada 10 (87%)1 personas afirman que el atributo más importante en un posible nuevo compañero sentimental es que tenga madurez emocional, esto aplica para establecer límites o definir el futuro de esa relación. Por eso a la hora de buscar una pareja, también se vuelve importante el bienestar y el autocuidado durante el proceso.
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Bumble, la app de citas donde las mujeres dan el primer paso, y la sexóloga y experta en relaciones Valeria DeBotas, traen algunas recomendaciones para vivir experiencias más positivas en el dating.
Los vínculos con “casi algos” o “relaciones sin etiquetas” son una especie de juego que al inicio atrae y se divide por fases:
- Fase de interés: Hay demostraciones de supuesto afecto con variadas acciones en el mundo digital y en el real.
- Fase de transparencia: Se hablan casi todos los días y la contraparte se “desnuda” porque cuenta cosas que no le ha dicho a nadie, lo cual hace sentir única y especial a la otra persona.
- Fase de ilusión: Se piensa que existe una conexión emocional debido a las palabras y acciones anteriores del casi algo.
- Fase de fluir: Esto significa que dicha persona poco a poco empieza a ser fría y distante y ya no se comunica con la misma frecuencia. Cuando se le pregunta qué le sucede y se busca aclarar el tipo de relación que se tiene, esta habla de “ir fluyendo”.
- Fase de estrés emocional: Llega debido a la suma de incertidumbres que se fueron acumulando, y al percibir que el casi algo se aleja cada vez más y empieza a poner excusas, lo cual activa las inseguridades y el diálogo interior tóxico. Por ejemplo: “si yo valiera la pena, se esforzaría por estar conmigo”.
- Fase de intermitencia: El prospecto aparece después de un tiempo y busca a la otra persona como si no hubiera sucedido nada, repitiéndose varias veces el círculo vicioso.
“Y no es tan simple como decir que la culpa es de quien se ilusionó, o aludir al tan de moda ‘apego ansioso,’ pues lo cierto es que un vínculo intermitente puede ser un inductor de gran estrés emocional. Y no hay que olvidar a la contraparte, que tiene una cuota muy grande de irresponsabilidad afectiva e inmadurez emocional”, agrega Valeria.
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Según la experta, este sentimiento que se genera tras una relación intermitente, produce distorsiones cognitivas, lo que se traduce en que la persona se enfocará en lo negativo (¿por qué no me ha escrito?), entonces empezará a crear conjeturas y se reafirmarán las inseguridades y creencias limitantes (lo sabía, no soy lo suficientemente buena). Sin embargo, la persona decide quedarse para demostrar que es especial y se sobre esfuerza para que la otra persona la valore.
“En lugar de concentrarte en lo que podría haber sido, invierte ese tiempo y energía en ti para descubrir lo que realmente quieres de una relación. Esto te permitirá identificar lo que es aceptable y los no negociables de una potencial pareja”, concluye Valeria.
Hay diferentes técnicas para manejar el estrés emocional de forma eficaz, algunas recomendaciones de la experta son:
- Respiración consciente: Cuando se realiza de manera atenta produce armonía, un equilibrio entre el cuerpo y la mente, te transporta al momento presente.
- Escritura terapéutica: Es una gran herramienta de autoconocimiento y catarsis, pues permite ver desde otra óptica los problemas. Al escribir a mano, se ponen en funcionamiento los dos hemisferios cerebrales y esto permite el equilibrio emocional.
- Actividad física: Se ha comprobado que al realizar ejercicio periódicamente se reducen los síntomas de la depresión y la ansiedad, una de las razones es que se liberan en el cuerpo hormonas del bienestar y la felicidad.
- Auto reflexión Esta técnica te permite poner límites personales incluso en el pensamiento que suelen generar estrés y agotamiento mental. Por ejemplo: Reconoce las ideas irracionales, aprende a distinguir las creencias limitantes (tu percepción) y los hechos (la realidad).
Aunque el escenario de una relación intermitente no es el más agradable, se puede ver como una oportunidad para identificar aquello que se necesita sanar, así como para analizar el tipo de personas que se eligen y por qué cuesta soltarlas. De igual forma, experiencias de este tipo presentan la posibilidad de fortalecer la autoestima, el amor propio y quitarle el poder a las emociones y estados de ánimo del “casi algo”.
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