Reciben entre 1.000 y 1.500 pesos por viaje y con la reactivación del paso humanitario por el puente Francisco de Paula Santander, que comunica a Cúcuta con Ureña, sus usuarios han aumentado, lo que alegra a estos conductos de los llamados ‘bicitaxis’.
Este servicio de transporte amigable con el medio ambiente surgió hace un año y con este empleo, que les da “poco o mucho”, llevan el sustento a sus hogares, según indicó al diario La Nación de San Cristóbal un ingeniero, quien impulsó esta idea junto con otro colega en suelo fronterizo venezolano.
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“Le damos servicio a la población de Ureña, principalmente a las personas que por salud no pueden caminar o quienes quieren evitar caminar bajo el fuerte sol. No tenemos un precio estipulado, porque como está la situación (económica) no podemos cobrar los 2.000 pesos que pedíamos, entonces si nos dan 1.000 los recibimos. Esto, fuera de las labores sociales que hacemos”, afirmó.
Los vehículos se distinguen fácilmente: tienen tres ruedas, techo rojo, un asiento, son de color negro y bastante confortable. Además los cinco conductores cumplen los protocolos de bioseguridad por la pandemia de COVID-19, quienes están asociados en la Cooperativa San Juan Bautista Carros Ecológicos.
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En la entrevista con el medio de comunicación, el ‘bicitaxista’ sostuvo que la ruta que cubren es corta, va desde el tramo binacional, específicamente a la altura de los contenedores sobre el puente, hasta la cancha.