Carlos Alejandro Sosa y Cristian Daniel Meza –según las autoridades- aprovechaban su condición de discapacitados para llegar a varios negocios, ubicados en las zonas céntricas de Sardinata y Cúcuta, para tomar fotografías de las fachadas y hasta de las viviendas de sus víctimas.
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Esas imágenes e información, señaló una fuente del Gaula de Norte de Santander, se la enviaban a otro hombre, quien estaría recluido en la Penitenciaria de Cúcuta, para que se comunicara, con llamadas o mensajes de WhatsApp, con los comerciantes para exigirles dinero a cambio de no atentar contra ellos y sus familiares. Supuestamente se identifican como miembros de Los Pelusos.
Las víctimas al escuchar las amenazas y que se trataba de integrantes de ese grupo armado ilegal, se aterrorizaban y accedían a las pretensiones.
“Su coartada era llegar a los negocios, pues nadie iba a sospechar que dos hombres en sillas de ruedas estaban detrás de unas extorsiones, así tomaban fotos y se las enviaban al que hablaba con las víctimas, exigiéndoles hasta $30 millones”, indicó la fuente.
En las extorsiones también habrían participado Liliana Carolina Medina y dos menores de edad, quienes presuntamente se encargaban de encontrarse con los comerciantes y recibirles el dinero.
De la mujer se conoció que cuando la capturaron, les afirmó a los uniformados que era menor de edad, pero en la verificación de antecedentes se corroboró que tiene 18 años, por lo que deberá responder como una adulta por el delito que la acusan.
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“Con la obtención de diferentes testimonios podremos concluir si los dos adolescentes eran obligados a recoger el dinero o lo hicieron por su propia voluntad, hasta el momento ninguno de los aprehendidos a hablado al respecto… Uno de los menores de edad es familiar de uno de los adultos capturado”, señaló la fuente judicial.
La investigación
Las autoridades creen que el grupo alcanzó a extorsionar a tres comerciantes, dos de ellos vivían en Sardinata. Precisamente, la denuncia de una de las víctimas fue lo que llevó a sus detenciones.
Con el testimonio del denunciante, los investigadores lograron la identificación de Carlos Sosa y Cristian Meza, pues varias personas los habían visto en el negocio y cerca de la vivienda de la víctima.
“Ellos son conocidos, quedaron discapacitados luego de un accidente, tenían una fachada bien montada, que nunca llamó la atención de trabajadores, policías o las mismas víctimas”, dijo la fuente.
El viernes, 10 de febrero, varios miembros del Gaula arribaron hasta la zona céntrica de Cúcuta, donde los jóvenes y Lina Medina esperaban reunirse con una de las víctimas, quien les iba a entregar $10 millones de ‘vacuna’.
“Cuando aprehendimos a los menores de edad y a la mujer, conocimos donde se encontraban los dos discapacitados, quienes esperaban en la vía pública a que sus cómplices llegaran con el dinero”, aseguró la fuente.
Sosa, Meza, la mujer y los dos menores de edad fueron trasladados hasta la Fiscalía, donde un juez decidirá su situación jurídica. Los celulares de cada uno de ellos son sometidos a estudios para extraer evidencias que fortalezcan la investigación.
Asimismo, esperan que más víctimas interpongan la denuncia, para fortalecer el proceso jurídico que avanza en contra de los dos hombres y la mujer.
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