Diez años después de la masacre que se presentó en un lote baldío del barrio El Progreso, fue condenado Janer Andrés Ramírez Martínez, un vigilante informal señalado de participar en el hecho.

Aunque el hombre ya había sido detenido en junio de 2014, un juez lo cobijó con la medida de detención domiciliaria pero, este primero de octubre de 2024, el Juzgado Primero de Ejecución de Medidas y Penas de Cúcuta emanó una orden judicial en su contra para que pague 204 meses de prisión por homicidio en concurso con porte ilegal de armas.

A pesar de que el autor material sería Wilmer Ascanio Sepúlveda, alias Wicho, Janer Andrés es señalado de haber facilitado la masacre junto con un grupo de vigilantes informales.

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Su reciente captura

Luego de tener la orden de captura en sus manos, las autoridades llegaron hasta la manzana 13B con lote 4F del barrio Palmeras, parte alta, el pasado lunes. Eran las 10:29 de la mañana cuando el procedimiento se llevó a cabo.

Los uniformados abordaron al hombre, de 34 años, y después de leerle sus derechos, hicieron efectiva la orden judicial.

Ramírez Martínez fue presentado a la Fiscalía para que responda por los 17 años de cárcel por homicidio.

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Así fue la masacre

Para esa época, vecinos contaron que a las 11:30 de la noche del 20 de mayo de 2014, se escucharon 12 disparos que provinieron de un terreno baldío que separa a El Progreso de Belisario.

El ataque con arma de fuego dejó a cuatro hombres muertos, identificados como Óscar Miguel Rivera, Carlos Arturo Zapata Rozo, Jhon Geiner López Solano y César Eduardo Ramírez Suárez, quienes estaban reunidos y presuntamente consumiendo drogas con otras tres personas, entre ellas, una mujer (la única a quien dejaron correr para salvar su vida).

De acuerdo al relato de los sobrevivientes, al sitio llegaron entre 10 y 16 vigilantes informales de Antonia Santos, quienes luego de cercarlos no los dejaron mover y les dijeron que debían esperar a un sujeto que iba a hablar con ellos.

Enseguida, -dicen- apareció 'Wicho' en la escena, quien los alumbró con un celular y empezó a disparar.

"Les alcanzó a preguntar los nombres y les dijo que no los quería volver a ver, al tiempo que empezó a dispararles con una pistola (...) Con anterioridad, le dijeron a la víctimas que habían llegado los 'paracos', los amenazaron con una limpieza social y pintaron varias paredes en el barrio", señaló el juzgado.

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