Haber discutido con su pareja y no estar en la vivienda donde él operaba su negocio de webcams fue el golpe de suerte que tuvo Estrella Valentina Ruiz Contreras, en octubre del año pasado.

Sin embargo, su fortuna fue efímera, porque tres meses después las autoridades lograron ubicarla y enviarla tras las rejas por una serie de delitos que ahora deberá enfrentar ante la justicia.

El caso comenzó a mediados de septiembre de 2024, cuando las autoridades recibieron una alerta sobre movimientos sospechosos de menores de edad en una vivienda ubicada en la calle 4 entre avenidas 12 y 13, en el barrio Comuneros de Cúcuta.

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La información permitió abrir una investigación que, tras semanas de seguimiento, resultó en la captura de siete personas y el rescate de cinco adolescentes víctimas de explotación sexual.

Entre los capturados estaba Waldo Enrique Miranda Carreño, identificado como líder de la red y pareja sentimental de Estrella Valentina.

En su momento, los detenidos fueron enviados a prisión por delitos como trata de personas en concurso con pornografía infantil.

Sin embargo, las autoridades sabían que una pieza clave aún estaba libre: la mujer señalada como la verdadera ‘mente maestra’ de la estructura.

De acuerdo con las investigaciones, Estrella, conocida como alias La Mona, era la encargada de reclutar a las víctimas, todas menores de edad, utilizando redes sociales como herramienta principal.

Según las autoridades, La Mona se ganaba la confianza de los adolescentes, quienes tenían entre 16 y 17 años, ofreciéndoles regalos y prometiéndoles oportunidades laborales ficticias. Una vez captados, eran persuadidos para generar contenido sexual que sería vendido a través de plataformas para adultos.

“La Mona era quien supervisaba todo el proceso. Les enseñaba cómo comportarse frente a las cámaras, cómo cumplir con las peticiones de los clientes y, en general, actuaba como una manager para ellos”, aseguró una fuente judicial.

Además, se descubrió que Ruiz coordinaba la falsificación de documentos de identidad para que las autoridades no detectaran que las víctimas eran menores de edad.

El historial de Estrella en este tipo de actividades no era reciente. La mujer, de 24 años, había sido modelo webcam, lo que le permitió conocer en detalle cómo operar el negocio y maximizar los ingresos.

“Tenía claro que el contenido con menores de edad generaba una remuneración mucho más alta que el de adultos, lo que la hacía aún más peligrosa y calculadora”, añadió la fuente.

Cuando se realizó el allanamiento a la vivienda en octubre, Estrella no estaba presente, lo que evitó su captura inicial.

Sin embargo, para los miembros de la Unidad Básica de Investigación Criminal de la Policía Metropolitana de Cúcuta, era solo cuestión de tiempo antes de que la localizaran.

Las autoridades comenzaron a seguirle el rastro y, tras analizar sus movimientos, descubrieron que, tras la captura de Waldo Enrique, ella había tomado el control del negocio.

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Según la investigación, su intención era mantener las operaciones para recaudar el dinero necesario para costear la defensa legal de su pareja y cubrir otros gastos judiciales.

Sin embargo, esta estrategia le salió cara, ya que su participación activa en la continuación del negocio permitió recopilar más pruebas en su contra. Sobre ella pesaba una orden de captura por delitos graves como trata de personas agravada, concierto para delinquir, proxenetismo con menores de edad, pornografía infantil y uso de documento falso.

El pasado lunes, a las 12:47 de la tarde, los uniformados que le seguían el rastro ejecutaron su captura.

Estrella había salido de su residencia para entregar unos almuerzos y, al regresar, fue abordada por los policías que ya la tenían plenamente identificada.

La operación fue resultado de meses de trabajo que incluyeron la recuperación de datos en dispositivos electrónicos, verificaciones de campo, testimonios de las víctimas y la identificación precisa de su vivienda.

Una vez detenida, Estrella fue trasladada al búnker de la Fiscalía para ser presentada ante las audiencias preliminares.

Durante las diligencias, el juez encargado del caso no dudó en enviarla a la cárcel de forma inmediata, señalando la gravedad de los delitos imputados.

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