En un silencio absoluto, que solo era roto por los gritos desgarradores de las viudas y huérfanos, se cumplió este jueves el funeral de seis de las nueve víctimas fatales que dejó la masacre, ocurrida el pasado 30 de julio en El Tarra.
Los féretros de Fredermán Quintero, los hermanos Wilmer y Ramón Emiro Ramírez, Alexander Campo, Asdrúbal Durán y Jhon Sanabria fueron llevados primero al polideportivo Simón Bolívar, donde ante unas tres mil personas recibieron las honras fúnebres por parte de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
Allí, se vivieron escenas de dolor y llanto de familiares y amigos de los muertos. Una docena de mujeres fueron atendidas por los cuerpos de socorro ante los seguidos desmayos.
Al término de la ceremonia religiosa, que duró dos horas, José de Dios Toro, alcalde de El Tarra, envió un mensaje contundente a los violentos para que no sigan arrebatando vidas inocentes: “La muerte no es el camino, el diálogo es la solución”.
El mandatario dijo ante los asistentes que no existen palabras para describir tanto dolor y tristeza que están sintiendo los familiares de las víctimas, que reclaman justicia y se impida más derramamiento de sangre en su territorio.
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“La muerte de nuestros familiares no puede quedar impune”, expresaron en medio del llanto parientes del líder comunal Fredermán Quintero.
(Una docena de mujeres fueron atendidas por los cuerpos de socorro ante los seguidos desmayos.)
La dirigencia comunal de El Tarra también intervino para pedir respeto por la vida de la población civil, en especial de los líderes comunales “que nada tenemos que ver en esta guerra”.
Calma y paz
Por su parte, Holman Molina, vicario parroquial de El Tarra, extendió un mensaje de solidaridad a los familiares de las víctimas, al tiempo que las invitó a no dejarse arrebatar la calma y la esperanza.
“Que el odio y la venganza no invadan sus corazones, para que de esta manera puedan sobrellevar una vida en calma y en paz”.
Los funerales de las otras tres víctimas que cobró la masacre, también se cumplieron ayer en sus respectivos pueblos de origen.
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Al atardecer, el alcalde se reunió a puerta cerrada en su despacho con los líderes comunales, a fin de escuchar sus inquietudes relacionadas con la seguridad.
Hernán Toro, delegado del ministerio del Interior, y quien dirigió el taller de paz con los líderes de la región del Catatumbo, reveló que la Unidad Nacional de Protección ya trabaja en torno a los esquemas de seguridad de algunos de ellos que fueron priorizados.
(Los funerales de las otras tres víctimas que cobró la masacre también se cumplieron en sus pueblos de origen. La población clama paz y justicia.)
