La única pista que tienen las autoridades sobre el homicidio de Wiliams Javier Cárdenas Blanco, de 30 años, es que los homicidas se movilizaban en dos motocicletas, una de alto cilindraje y otra de marca Suzuki GN, que fueron vistas por los pobladores de la vereda Santa Cecilia, sobre la vía al corregimiento San Faustino, zona rural de Cúcuta.
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La víctima quedó sin vida a un costado de la carretera, con al menos siete impactos de bala en la cara, el pecho y los brazos.
El macabro hecho sucedió en el kilómetro 8, de esta vía que lleva a la zona rural de Cúcuta, hasta donde tuvieron que arribar miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios para adelantar la inspección y el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.
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Los investigadores judiciales encontraron siete vainillas calibre 9 milímetros, de las balas con las que atacaron a Cárdenas Blanco, oriundo de Venezuela.
En las primeras pesquisas de las autoridades no se conocieron mayores detalles del hecho, por lo que se presume que la víctima fue llevada hasta este sector apartado de la zona urbana de la capital de Norte de Santander para atacarla de manera indiscriminada y dejar pocas pistas del crimen.
El general Óscar Moreno, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, aseguró que se adelantan las investigaciones correspondientes para identificar a los autores del homicidio y esclarecer los móviles del mismo.
El oficial aseguró que la víctima no tenía líos judiciales en Colombia y que se desconocen las causas del asesinato.
Sin embargo, Cárdenas sí tuvo procesos judiciales en el vecino país por el delito de tráfico de drogas, al ser sorprendido junto con otro hombre en la vía Caracas- La Guaira.
Las autoridades venezolanas los sorprendieron cuando se movilizaban en un carro con 530 gramos de cocaína.
El general Moreno insistió en que la zona donde ocurrió el ataque hay presencia del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), por lo que no se descarta que alguno de estos grupos ilegales tenga relación con el crimen.
No obstante, aseguró que continuarán las operaciones contra estas estructuras a lo largo y ancho del área metropolitana, para contrarrestar el accionar criminal.
“Les hemos cercado los movimientos acá en la zona urbana y por eso pasó esto para ese lado que va a la zona rural, pero estamos trabajando y seguimos atacándolos”, dijo el alto mando policial.
Cadena criminal
El sector donde ocurrió el homicidio históricamente ha sido afectado por la violencia, por cuenta del paso constante de contrabando y de droga, situación aprovechada por los grupos armados ilegales que se disputan el territorio y dejan una escalada mortal a su paso.
Esta situación se evidencia desde el barrio San Gerardo hasta el corregimiento San Faustino, donde a pocos pasos de la Penitenciaría de Cúcuta se refleja el accionar de los grupos delincuenciales, desde el abundante paso de contrabando de diferentes mercancías desde y hacia Venezuela, hasta la presencia de estructuras armadas.
En la vereda Los Negros, de San Faustino, el Ejército y la Policía han dado golpes en su momento a la banda criminal Los Rastrojos y al Clan del Golfo, un lugar disputado a sangre y fuego por estas organizaciones que se financian del narcotráfico y del cobro de extorsiones.
La cercanía con la zona de frontera con Venezuela también hace que el corredor vial hacia el corregimiento San Faustino sea apetecido por los grupos al margen de la ley, donde precisamente hay ausencia de la Fuerza Pública.
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