La rutina de los empleados de los locales comerciales y los residentes de la carrera 11 con calle 7, de La Parada, en Villa del Rosario, fue interrumpida la tarde de ayer, cuando presenciaron una escena de sangre, mientras dos desconocidos, que se movilizaban en una bicicleta, perseguían a un hombre, disparándole.

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Los pistoleros no tuvieron ningún impedimento, a pesar de que una veintena de personas los observaban, para intentar asesinar a la víctima, logrando impactarla en dos oportunidades, en el pecho y una pierna, para finalmente huir tranquilamente del lugar.

El ataque se registró a las 2:30 de la tarde, cuando los transeúntes y comerciantes oyeron algunos gritos y las detonaciones de los disparos, mientras el herido, que vestía yin y camisa blanca, corría por una calle polvorienta, tratando de escaparse de los agresores.

La escena provocó tanto miedo, que las personas que la presenciaron tuvieron que correr para esconderse en los negocios y en las casas, para no ser alcanzadas por una bala perdida.

Finalmente, el hombre fue impactado y su velocidad disminuyó hasta que llegó al frente a una panadería y una venta de pintura y se desplomó.

“Al señor le propinaron los tiros mientras lo perseguían, fue que perdió mucha sangre y se desplomó en la mitad de la calle, por lo que los delincuentes se fueron como si nada. Varias personas lo auxiliaron”, contó un habitante de la zona.

En ese momento, una patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que se desplazaba por el lugar observó a un grupo de personas reunido en la mitad de la calle, por lo que se acercó y encontró al herido ensangrentado y tendido en el piso.

Los uniformados trasladaron a la víctima en una patrulla hasta el Hospital Jorge Cristo Sahium, del municipio histórico, y luego fue remitido al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde al cierre de esta edición se recuperaba de las heridas.

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Minutos después llegaron los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), que se encargaron de adelantar la inspección en el lugar del ataque, en busca de videos de las cámaras de seguridad instaladas alrededor del lugar.

“No se sabe por cuántas cuadras persiguieron al señor, solamente tenemos claro que lo hirieron y huyeron tranquilamente”, dijo una fuente judicial.

La ley del silencio

En La Parada quienes imponen las leyes son el Ejército de Liberación Nacional (Eln) y  la banda criminal Tren de Aragua, dos bandos que se disputan el dominio del cobro de extorsiones y el paso del narcotráfico y contrabando por las diferentes trochas que comunican ese sector con Venezuela.

Esa situación ha provocado durante años que las personas vivan bajo la ley del miedo y el silencio, pues cuando suceden hechos violentos en ese sector de Villa del Rosario, y las autoridades tratan de indagar muy pocas veces consiguen información.

Un muerto en Los Mangos

En la madrugada del 19 de julio, en la trocha Los Mangos, también en La Parada, las autoridades hallaron el cadáver de Juan Gabriel Duarte Vega, de 42 años, quien había sido retenido por el Eln dos días antes, junto con sus dos amigos Robinson Mora y Jimmy Vargas, quienes también fueron asesinados en la vía hacia San Faustino y la urbanización Heliópolis.

Duarte recibió tres impactos de bala, por lo que la Brinho se encargó de la inspección y el levantamiento del cadáver.

Precisamente, esta trocha comúnmente ha sido utilizada por los grupos armados ilegales para cometer homicidios en medio del ‘imperio’ del terror que imponen para seguir llenando sus arcas por cuenta del cobro de extorsiones y del dominio del contrabando en esta zona fronteriza.

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