Norte de Santander quedó en silencio ayer en la mañana cuando se supo sobre el secuestro del exalcalde de San Cayetano, Antonio José Marín Cárdenas, en la vereda San Isidro del corregimiento El Carmen de Tonchalá, zona rural de Cúcuta.
Según se conoció, Antonio José Marín llegó hasta este lugar apartado acompañado por un escolta asignado por la Unidad Nacional de Protección (UNP) y su camioneta blindada, de marca Mitsubishi, de color gris y placa FPQ480, para revisar unos lotes que tenía planeado comprar.
Hacia las 8:45 de la mañana, Antonio Marín terminó de hablar con otras dos personas sobre los terrenos y se montó a la camioneta blindada con la intención de retirarse.
Pero, a los pocos segundos, él se bajó del vehículo para señalarle al guardaespaldas por dónde debía dirigir el automotor y así esquivar unos obstáculos.
Sin embargo, ese descuido fue la oportunidad perfecta para que un grupo de seis hombres armados salieran de una zona boscosa y abordaran al exalcalde, llevándoselo con rumbo desconocido.
“Los secuestradores luego le hicieron unos disparos al vehículo blindado y el escolta no se bajó de la camioneta, por el contrario, aceleró su marcha y se fue rápidamente hasta una estación de Policía. No se robaron el arma de dotación del guardaespalda u otro objeto de valor”, explicó una fuente judicial.
Mientras el escolta rendía declaraciones a los uniformados sobre cómo ocurrió el plagio, el Gaula de la Policía Metropolitana de Cúcuta, Gaula Militar y varias patrullas de Policía activaron el ‘Plan Candado’ para ubicar a Marín y a sus secuestradores, sin tener éxito.
Al cierre de esta edición, los investigadores analizan este caso para establecer por qué secuestraron al exalcalde y quiénes están detrás del rapto.
El brigadier general William Quintero, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, indicó que los secuestradores tenían armas de largo alcance.
“El Gaula ya está investigando y revisando el terreno para establecer por dónde se pudieron ir los secuestradores para esconderse junto con el secuestrado”, dijo el oficial.
Al cierre de esta edición, la Gobernación de Norte de Santander ofreció una recompensa de $50 millones por información que conduzca al paradero del exalcalde, así como a la captura de los responsables de este hecho.
Irregularidades con la camioneta blindada
Lo que más sorprendió, a parte de la mala actuación del hombre de seguridad, fue que, al parecer, la camioneta en la que se movilizaba Antonio José no era la misma que le fue asignada por la Unidad Nacional de Protección.
Y es que, según se conoció, hace unos tres meses el exmandatario había sido víctima de un atentado cuando fue atacado a disparos en su desplazamiento por la vía a El Zulia, por la entrada a Urimaco, por lo que la camioneta asignada por la UNP quedó averiada y fue enviada a un taller mecánico, donde a la fecha aún se encuentra.
Extraoficialmente se supo que tras el atentado a bala, presuntamente el exalcalde le solicitó en varias oportunidades a la UNP que le repararan la camioneta o, por el contrario, le asignaran un nuevo vehículo blindado, sin tener solución alguna.
Supuestamente, Antonio Marín habría conseguido, por sus propios medios, una camioneta blindada en la que precisamente se movilizaba ayer cuando lo raptaron.
Este medio de comunicación intentó comunicarse con la UNP para verificar la información suministrada, pero no fue posible obtener una respuesta al respecto.
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