Un triste Día de las Madres pasó Luz Marina Jaimes Sánchez, una cucuteña que tuvo que enterrar, la tarde del sábado a su hijo de 15 años, tras morir ahogado en el balneario La Vega, ubicado en la vereda Miramar de Bucaramanga, vía a la costa.
La historia es más dolorosa para esta mujer, quien reportó como desaparecido a su hijo a finales de marzo, cuando él decidió irse de su lado.
El joven dejó su casa, ubicada en la invasión María Teresa y partió sin que la mamá lo supiera.
La historia
Luz Marina, madre soltera de ocho hijos, le perdió el rastro a su niño mayor Yeison Steven, el domingo 21 de marzo. Esa mañana lo envió al barrio Sevilla a recoger a su abuela para traerla de regreso a la casa, en la invasión.
Pero Yeison, ese día se encontró con un hombre que le ofreció trabajo y lo convenció de viajar a Bucaramanga.
Sin embargo, algo pasó en el viaje y Yeison quedó solo y desamparado en esa ciudad de Santander. Entonces, vivió varios días en la calle hasta que se hizo muy amigo de otro menor de edad, que lo llevó a la casa de los padres en el barrio Esperanza III, donde lo recibieron.
“Yo pegué carteles buscándolo y fue hasta principios de mayo que mi hijo me llamó y me contó que estaba allá en Bucaramanga. Estaba a punto completar el dinero para ir por él. Muy pocas personas me ayudaron”, dijo la mujer.
Cuando se enteró que su hijo estaba sano y salvo no dejó de llamarlo y le pedía que se cuidara y él le aseguraba que estaba muy bien.
La trágica noticia
Para el lunes 24 de mayo, a las 6:00 de la mañana, el teléfono celular de Luz Marina sonó y le informaron que su hijo Yeison estaba muerto, luego de ahogarse en un paseo.
La Opinión habló con el padre de familia con el que estaba Yeison y narró que el domingo 23, luego de almorzar se acostaron todos a reposar y pasadas las 5:00 de la tarde se dieron cuenta de que el niño no estaba en la casa y aunque lo buscaron no tenían razón de él.
“Para ser un niño tenía muchas cosas de adulto, porque le gustaba tomar cerveza y ya habíamos hablado con él que eso no se lo permitíamos. Entonces, creímos que estaba bebiendo pero a la 1:00 de la mañana nos llegaron los padres de unos amigos de él a decirnos lo ocurrido”, contó el hombre.
Según el relato, Yeison aprovechó que todos en la casa estaban descansando y se fue con otros dos menores de 14 y 12 años a un balneario, pero por ser menores de edad, no los habrían dejado ingresar.
“La versión de los dos niños es que se metieron por la parte trasera del lugar y subieron bastante para ir a bañarse. Luego de que él se lanzó no volvió a salir”, contó el hombre.
Al parecer, todos los menores hicieron clavados, pero Yeison no contó con mucha suerte y fue atrapado por un remolino que le impidió salir.
Dolor y tristeza
Durante toda la semana, Luz Marina realizó todas las labores para poder traer de vuelta el cuerpo de su hijo y darle cristiana sepultura. Fue a las 5:00 dela tarde del sábado que en el Cementerio Central le dieron el último adiós.
“No tengo nada que celebrar. Nadie puede entender mi dolor”, precisó la madre.