Entre los familiares de Jesús Gabriel Reyes Ramírez, conocido como ‘Quillo’, ya no hay esperanzas. La muerte tocó a su ser querido después de quince días de luchar por su vida, en una clínica, finalmente la mañana de ayer murió.
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Él fue una de las víctimas del ataque a bala que cometieron dos hombres, en la trocha El Águila, ubicada en el Anillo Vial Oriental, cuando recogía un lote de ladrillos junto con varios de sus amigos y vecinos.
En el momento del hecho murieron Brandon Stiwar Ortiz Santander, de 18 años, y Manuel Jesús Quintana Vergel, de 32, mientras que Reyes y otro hombre resultaron heridos.
Desde ese momento, en la casa de Jesús Gabriel hubo desespero y tristeza, pero mucha fe de que él pudiera sobrevivir, a pesar de haber recibido un impacto de bala en la cabeza.
Entre pronósticos desalentadores e interminables minutos y días, los familiares esperaban que ocurriera el milagro, pero ayer tuvieron que resignarse y aceptar que él no pudo seguir luchando por su vida.
El hombre, de 32 años, era el sustento de su esposa y sus tres hijos menores de edad.
“Si uno supiera que está metido en problemas, que le gusta robar o hacerle daño a la gente, pues se entendería que le pase eso, pero él lo único que hace es trabajar para sus hijos, es reconocido por ser un buen hombre y trabajador”, explicó la pareja de Reyes, a finales de noviembre, cuando aún permanecía entre la vida y la muerte.
Reyes trabajaba en un lavadero de carros, frente a un reconocido centro comercial. Sin embargo, el día del hecho, él le propuso a varios de sus amigos y vecinos que fueran a limpiar y a recoger un lote de ladrillos que había visto en la trocha El Águila.
Según se conoció, Jesús Gabriel tuvo la idea de llevar algunos de estos ladrillos para su casa, que es de tabla y zinc, con el fin de evitar que cada vez que lloviera se inundara la improvisada vivienda, donde vive con sus hijos.
El presagio que tuvieron sus familiares, de que este sector era peligroso y que podría pasar algo, no fue tenido en cuenta y por el contrario, les aseguró que solo irían por los ladrillos y volverían pronto.
A pocos metros de la casa donde vivía Jesús Gabriel, también residía su amigo Brandon Stiwar Ortiz Santander, de 18 años, quien murió en ese mismo hecho.
Brandon y Jesús Gabriel eran buenos amigos. Se trataban como hermanos, tanto que entre las dos familias se ayudaban mutuamente y siempre se compartían un plato de comida.
“Mi esposo mantenía siempre en la casa de Brandon, quien también era el mejor amigo de mi hijo mayor. Justo la noche anterior al hecho, él estuvo acá en la casa y jugamos, nos reímos, todo estaba tan bien, que parece increíble todo esto”, recordó la compañera sentimental de Jesús Reyes.
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