Los antecedentes judiciales de hurto y violencia intrafamiliar que tenía Miguel Ángel Villalba Mora años atrás, serían para las autoridades, las pistas iniciales para dar con el paradero del sicario que lo asesinó en una calle oscura del barrio Simón Bolívar.

Las tres detonaciones que retumbaron por la avenida 20 entre calle 22 y 23 a las 10:20 de la noche aproximadamente, es lo que más recuerdan los habitantes del sector, pues algunos hasta se tiraron al piso para tratar de afrontar el miedo que sintieron en ese momento.

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“Estaba terminando de ayudarle a mi nieta su tarea cuando escuché los tiros, sin pensarlo agarré a la niña y me tiré al suelo. Sonó muy duro y llegué a asustarme mucho. Hace unos años a una de las casas vecinas le dispararon y pensé que estaba pasando de nuevo”, relató una vecina.

Y es que debido a la oscuridad y a la falta de cámaras de vigilancia que hay en ese punto de Simón Bolívar, hasta el momento las autoridades solo han podido conocer que su homicida sería un hombre que tenía un casco negro y se movilizaba en una motocicleta ese jueves en la noche.

“Al parecer, este hombre dejó la moto cerca al lugar, se acercó a la víctima que estaba caminando por esa calle, sacó su arma de fuego y sin mediar palabras le disparó hiriéndolo tres veces, dos en su brazo derecho y una en el cuello, cuando llegaron los primeros uniformados ya estaba muerto”, explicó una fuente judicial.

Ésta última bala fue la que hirió de gravedad a Miguel Ángel, quien luego de recibir el ataque ni siquiera pudo caminar de nuevo, de acuerdo al testimonio de la comunidad, el hombre de 30 años, se desplomó en el suelo y ya no volvió a levantarse.

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“La Policía llegó a los minutos, acordonaron la zona y comenzaron a hacer sus labores de investigación. La esposa del fallecido llegó a la escena y habló con los agentes, pobrecita estaba muy triste, yo la escuchaba llorar desde mi casa”, aseguró un residente del barrio.

Llegó la esposa

En medio del levantamiento, que se extendió durante tres horas, la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno), le solicitó a la pareja de la víctima que trajera el documento de identidad de éste, por lo que la mujer fue hasta su casa y por medio de otro familiar le hizo llegar a las autoridades la cédula de Villalba Mora.

Fue ahí cuando las autoridades, luego de buscar en su base de datos, conocieron los antecedentes de la víctima. Además, por testimonios que recopilaron en la escena del crimen, también conocieron que este hombre tendría problemas con el consumo de estupefacientes.

En la escena, los funcionarios de la Brihno recolectaron cuatro vainillas para ser cotejadas con balística.

Se conoció, por el testimonio entregado por su pareja a los uniformados, que actualmente la víctima trabajaría como maestro de construcción y reciclador, y vivía en el barrio Torres del Molino.

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