Tal parece que la guerra entre Los Mexicanos y Porras sigue cobrando vidas. Ayer, precisamente en el asentamiento humano Paz y Futuro, ubicado a un costado del Anillo Vial Occidental, un pistolero acabó con la paz de la comunidad y el futuro de un hombre.
El crimen ocurrió alrededor de la 1:20 de la tarde, cuando dos hombres que se movilizaban en una motocicleta Suzuki GN 125, negra, llegaron hasta el sector y, a unos cien metros de la entrada a la invasión, detuvieron su marcha.
Testigos aseguraron que los ocupantes de la moto iniciaron una fuerte discusión. El conductor, vestido completamente de negro y con un casco que ocultaba su rostro, confrontó al parrillero, quien no sabía que minutos después se convertiría en víctima de un ataque.
Los gritos llamaron la atención de algunos habitantes del sector, quienes lograron escuchar fragmentos del altercado.
“Yo no fui, yo no fui”, repetía insistentemente la víctima, a lo que el agresor le respondió: “pero es que usted se la pasa con ellos”. Pese a la insistencia del joven en negar cualquier implicación, su atacante parecía tener clara su decisión.
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Al darse cuenta de la amenaza inminente, la víctima emprendió la huida hacia una zona de subida con la intención de perderse entre las viviendas, pero su suerte le jugó en contra: tropezó y se resbaló, lo que le obligó a cambiar de dirección. Corrió desesperadamente hacia la calle 5S con avenida 50, pero el sicario no dudó en seguirlo.
La persecución fue breve, pero letal. En medio del pánico, la comunidad escuchó al menos siete disparos. Cuatro de esos proyectiles impactaron a la víctima, dejándola tendida sobre la vía.
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“Algunas fachadas de las casas fueron impactadas también por varios disparos, ahí quedaron las marcas del recorrido que dieron”, dijo un residente del asentamiento.
Sin signos vitales, el joven quedó en el suelo mientras el pistolero, sin titubeos, regresó hasta donde había dejado la motocicleta, se montó y huyó con rumbo desconocido.
En cuestión de minutos, la Policía Metropolitana de Cúcuta llegó al lugar para acordonar la escena y evitar que la evidencia fuera alterada.
Posteriormente, unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) realizaron la inspección técnica y el levantamiento.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades no habían logrado identificar plenamente a la víctima, pero se presume que tendría entre 18 y 23 años.
“Esto no es más que un tema de represalias entre ambas estructuras criminales. Se están asesinando entre los mismos integrantes. Un día se evidencia el homicidio de uno de Porras y al día siguiente el de uno de Los Mexicanos”, comentó una fuente judicial.
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