Las autoridades chinas acusaron el miércoles al gobierno estadounidense de expandir tesis "complotistas" sobre el origen de la pandemia de coronavirus en un momento en que la hipótesis de un error de laboratorio que dejó escapar el virus recobra fuerza.
Los primeros casos de COVID-19 fueron identificados a finales de 2019 en la metrópolis china de Wuhan, antes de que el virus se extendiera por todo el mundo y provocara más de 3,5 millones de muertes.
Las autoridades chinas siempre han negado la teoría según la cual el coronavirus surgió en un laboratorio, concretamente en el Instituto de virología de Wuhan, señalado directamente por el expresidente estadounidense Donald Trump.
Esta semana, un artículo del diario estadounidense Wall Street Journal (WSJ) volvió a avivar esta hipótesis y las peticiones para que haya una investigación profunda al respecto se multiplican, incluso entre la comunidad científica.
"Algunos en Estados Unidos difunden teorías complotistas e informaciones falsas, como la hipótesis de un error de laboratorio", dijo ante la prensa el portavoz de la diplomacia china Zhao Lijian.
Asegurando que se basaba en un informe inédito de la inteligencia estadounidense, el diario afirmó que tres científicos del laboratorio chino fueron ingresados en un hospital con "síntomas compatibles" con la COVID-19 en noviembre de 2019, es decir, un mes antes de la aparición oficial de la enfermedad, según Pekín.
Sin embargo, el diario admitió que esos síntomas también pueden ser los de una infección propia de la estación del año.
"Si Estados Unidos quiere ser realmente transparente, debería, como hace China, invitar a los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar en la base militar de Fort Detrick, así como en todos los laboratorios biológicos del mundo", dijo Zhao.
El laboratorio de Fort Detrick, cerca de Washington, es un centro esencial en la lucha contra el bioterrorismo.
Tras pasar cuatro semanas en Wuhan a principios de año un estudio conjunto de expertos de la OMS y chinos consideraron "extremadamente improbable" que el origen del virus fuera un accidente en un laboratorio.