En pleno auge de la pandemia ¿deben mantenerse las fiestas de Navidad en el trabajo? El tema es incómodo para el gobierno británico, criticado por sus confusas directivas tras haber organizado una fiesta para sus empleados en 2020 cuando estaba prohibido.
Aunque la aparición de la variante ómicron llevó a introducir rápidamente nuevas restricciones sanitarias en las fronteras, el primer ministro Boris Johnson instó a los británicos a seguir con su vida "como hasta ahora", sin cambiar sus planes navideños.
"No queremos que la gente sienta que tiene que empezar a cancelar cosas", como las fiestas de la oficina, afirmó el jueves, tras inyectarse una dosis de refuerzo de vacuna contra el COVID-19.
"No hay nada en las normas que impida celebrar fiestas de Navidad", insistió su portavoz, mientras muchos empezaban a cuestionar la conveniencia de las tradicionales celebraciones en el trabajo.
Pero no todos los miembros del gobierno lo ven igual.
Uno de los países más castigados por la pandemia, con 145.000 muertes, el Reino Unido ha detectado hasta ahora unos 40 casos de la variante ómicron del coronavirus.
En reacción, el ejecutivo conservador amplió su campaña de vacunación y volvió a imponer el uso de mascarillas en el transporte y los comercios, aunque no en los teatros ni los restaurantes, cuyos propietarios temen una ola de cancelaciones en el periodo del año más fuerte para el sector.
"Confuso" e "incoherente"
Algunos pubs, que registran gran parte de su facturación en Navidad por las fiestas de empresa, ya empezaron a ver anulaciones.
El directivo de la cadena Young, Patrick Dardis, culpó de ello a los "mensajes confusos e incoherentes" del gobierno, sumados al temor de que una fiesta en el lugar de trabajo prive más adelante a los empleados de reunirse con sus familias.
Un secretario de Estado aconsejó a la gente "evitar la interacción social" y "una hora más tarde" el ministro de Sanidad, Sajid David, "decía lo contrario", denuncia.
Por su parte, Johnson defendió "un enfoque equilibrado y proporcionado del riesgo". "La Navidad de este año será considerablemente mejor que la del año pasado", cuando todo el país estaba a las puertas de su tercer confinamiento.
Estas críticas se suman a las acusaciones contra el primer ministro de haber celebrado dos fiestas "con mucha bebida" en Downing Street en diciembre de 2020, cuando estaba prohibido reunirse con otras personas en interiores.
Según el diario Daily Mail, entre 40 y 50 personas participaron en una fiesta de Navidad y una copa de despedida, en que Johnson pronunció un discurso.
Interrogado por el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, en el parlamento, el mandatario no negó que se celebraran las fiestas pero aseguró que "se siguieron todas las recomendaciones".
"El primer ministro toma a los británicos por imbéciles", fustigó Starmer.
Por su parte, el diputado nacionalista escocés Ian Blackford acusó a Johnson de tener "una regla para sí mismo y una regla para todos los demás".
Johnson confirmó que este año se celebrará una fiesta de Navidad en Downing Street.
Pero George Freeman, responsable del ministerio de Economía, declaró a Times Radio que su departamento "no hará una gran fiesta".
Corresponde a cada empresa "juzgar lo que es apropiado", declaró en la BBC, apelando al sentido común.
"Cuatro o cinco empleados que trabajan juntos todos los días y se juntan para tomar una copa no es un gran riesgo", consideró, a diferencia de las "grandes fiestas" de "cientos de personas" que organizan algunas empresas, que no son necesariamente "sensatas, dada la situación".
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