Italia cerró una inédita campaña electoral, celebrada en pleno verano boreal, durante la cual los candidatos de la ultraderecha italiana se perfilan como los triunfadores de los comicios de este domingo tras desatar polémicas por Ucrania y contra la Unión Europea.
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La gran favorita en todos los sondeos, Giorgia Meloni, de 45 años, concluyó con un encuentro-debate público en Nápoles, la capital de sur pobre y subdesarrollado.
“Soy una patriota”, lanzó Meloni ante cientos de simpatizantes reunidos en el paseo marítimo, reservándose los mayores ataques a la izquierda y al salario mínimo garantizado para pobres, una medida introducida por los antisistema del Movimiento 5 Estrellas, su mayor rival en esa región. El magnate Silvio Berlusconi, aliado de Meloni, causó revuelo al defender a Vladimir Putin, su amigo durante el tiempo que era primer ministro, al explicar que fue “empujado” por su población y prorrusos.
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