Para la canonización se necesita haber intercedido en un segundo milagro, según las normas canónicas.
Juan Pablo I, apodado "el papa sonriente", es el último de una larga sucesión de papas italianos y su muerte, ocurrida tan solo 33 días y seis horas después de su elección, alimentó dudas y teorías conspirativas.
Elegido en agosto de 1978 a la edad de 65 años, para suceder a Pablo VI, fue hallado muerto la madrugada del 28 de septiembre de 1978 de un infarto, según la versión oficial.
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Sin embargo, debido a que a los pontífices no se les realiza la autopsia y a las inexactitudes por parte del Vaticano sobre las condiciones y el horario de la muerte, se alimentó en la opinión pública el rumor de que había sido asesinado, probablemente envenenado.
Desde entonces se han multiplicado los libros sobre el tema. Algunos sostienen que el papa Luciani iba a poner orden asuntos delicados de la Iglesia, en particular el controvertido manejo de las finanzas por parte del obispo estadounidense Paul Marcinkus, al frente del banco del Vaticano y sospechoso en la época de tener vínculos con la mafia italiana.
Entre los papas recientes, Pablo VI (1963-1978) fue beatificado, mientras que Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2005) fueron canonizados.
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