Una futura nueva pandemia amenaza con ser "peor" que la actual, advirtió el lunes la científica británica Sarah Gilbert, cocreadora de la vacuna contra el COVID-19 de Oxford/AstraZeneca, pidiendo más inversión en investigación para estar mejor preparados ante esa posibilidad.
"Esta no será la última vez que un virus amenace nuestras vidas y medios de subsistencia. La verdad es que el próximo podría ser peor. Podría ser más contagioso, o más mortal, o ambas cosas", advertirá Gilbert en extractos de un discurso que se emitirá en la BBC el lunes por la noche.
El discurso forma parte de la Conferencia Richard Dimbleby, que hace intervenir cada año a personalidades del mundo de la ciencia, las artes y la empresa.
Esta profesora de vacunología de la Universidad de Oxford, que contribuyó a crear una vacuna contra el covid-19 que ahora se utiliza en más de 170 países, pedirá que los avances científicos logrados en la lucha contra el coronavirus no se "pierdan" por falta de financiación.
"No podemos permitir una situación en la que, después de pasar por todo lo que hemos pasado, nos encontremos con que las enormes pérdidas económicas que hemos sufrido hacen que todavía no haya fondos para la preparación ante una pandemia", debe decir.
Gilbert también hablará de la variante ómicron, contra la que el Reino Unido ha intensificado su campaña de vacunación y reintroducido las mascarillas obligatorias en los transporte y los comercios.
Explicará que esta variante "contiene mutaciones ya conocidas que aumentan la transmisibilidad del virus" y que "los anticuerpos inducidos por las vacunas, o por la infección con otras variantes, pueden ser menos eficaces para prevenir el contagio con ómicron".
"Hasta que sepamos más, debemos ser prudentes y tomar medidas para frenar la propagación de esta nueva variante", recomienda.
Para frenar la propagación, el gobierno británico anunció el pasado fin de semana que los viajeros al Reino Unido tendrán que presentar un test negativo antes de embarcar.
También deben someterse a una prueba PCR en los dos días siguientes a su llegada, y aislarse hasta obtener el resultado.
El Reino Unido, uno de los países más castigados de Europa por el COVID-19, con más de 145.500 muertos desde el inicio de la pandemia, anunció el domingo que tenía 246 casos confirmados de la variante ómicron, frente a 160 del día anterior.
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