En América el nombre de Victoria Amelina no era muy conocido hasta las horas de la tarde de ayer martes 27 de junio, pese a que tiene una amplia trayectoria como escritora en Ucrania, su país natal, ya que es autora de dos novelas y un libro infantil, además de coleccionar los el Premio Literario Joseph Conrad y de haber sido finalista en el Premio de Litera-tura de la Unión Europea.
Sin embargo, por estos días ha acaparado la atención de la prensa nacional luego de que el excomisionado de paz Sergio Jaramillo y el escritor Héctor Abad Faciolince, informaran que fueron heridos en Ucrania tras un bombardeo:
“En la noche de hoy ―contaron―, mientras cenábamos en el restaurante RAI pizzería de Kramatorsk con Victoria Amelina, una extraordinaria escritora ucraniana, y la gran periodista colombiana Catalina Gómez, fuimos objeto de un ataque de Rusia con un misil crucero lanzado contra el restaurante, que hace parte además de un complejo comercial”.
Victoria Amelina, que hoy cuenta con 37 años de vida, migró a los 14 con su familia a Canadá, aunque después de un corto periodo regresó a Ucrania. Allí estudio ciencias de la computación y negocios internacionales, aunque en el 2015 decidió dedicarse por completo a la literatura luego de que apareciera en todas las librerías del país su novela El síndrome de la caída, la cual habla de las protestas prorrusas ocurridas en 2014.
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En el 2016, publicó el libro infantil Alguien o corazón de agua, y en 2017 El reino de los sueños de Dom, una historia sobre la familia de un coronel soviético que en los años 90 vi-vía en el apartamento del famoso autor polaco de origen judío Stanisław Lem.
Obras traducidas al checo, el holandés, el polaco, el alemán y el inglés, que le dibujaron un camino hasta el PEN Internacional, una asociación mundial de escritores, fundada en Londres en 1921, de la que ahora es miembro activo.
A partir del 2022, Victoria Amelina, que vive en Kiev, se ha dedicado a la poesía y a la investigación de crímenes de guerra, según sus propias palabras, porque en el punto en el que los dos países (Ucrania y Rusia) se orillaron al conflicto bélico, “es imposible escribir de otra cosa que no sea la guerra y ya hay demasiados periodistas más capacitados que yo para contar lo que sucede. Decidí hacer algo por los que ya no se puede entrevistar”, contó en una entrevista reciente con Infobae.
Una labor que comenzó luego de que su amigo, el también escritor de literatura infantil Volodymyr Vakulenko, que había permanecido en el pueblo de Kapitolivka, para cuidar a su hijo discapacitado, fuera asesinado por las fuerzas de ocupación.
Con información de El Colombiano
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