La falta de oportunidades y los problemas económicos, entre varias circunstancias, cambiaron el rumbo de *Javier a sus 25 años, edad en la que dejó a un lado a sus hijos, su esposa y sus sueños por hacer parte de un grupo al margen de la ley, el cual desencadenaría una condena de 12 años en una prisión.
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Privado de la libertad se aferró a la fe e inició un proceso que le permitió recibir enseñanzas con dureza en medio del metal de los barrotes, la soledad y cuatro paredes. Cuenta que estando recluido empezó a forjar una nueva persona y la educación hacía las veces de herramienta de cambio.
En la Cárcel Modelo de Cúcuta inició varios procesos formativos; cursos, diplomados y talleres fueron la gran compañía y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) el gran soporte durante 12 años en la cárcel.
En 2017 se graduó con el título de Licenciatura en Educación con énfasis en informática, de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS). Desde ese instante, *Javier veía la oportunidad de abrir puertas laborales y a su vez se asomaba la añorada libertad.
Ese mismo año, inició su proceso de reintegración especial (Ley de Justicia y Paz), acogiéndose a la normativa de la no repetición y el tránsito a la legalidad.
Uno de los primeros frutos que vio con su ‘nueva vida’ fue recuperar a su familia y su hogar. Reconoce que con el apoyo psicosocial de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) fortaleció la construcción de su proyecto de vida y su estabilidad emocional.
Hoy, *Javier continúa su formación para el trabajo. Es ganador de una beca para la especialización en Educación para la Atención a Población Afectada por el Conflicto Armado y en Problemática Fronteriza gracias a la articulación con la UFPS.
Su nueva vida laboral se fortaleció al ser contratado por la ARN para realizar acompañamiento a procesos educativos y de manera alterna trabaja como docente en una institución educativa.
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“La ARN, debido a mi buen desempeño y comportamiento en mi proceso, me dio la oportunidad de hacer parte del equipo de trabajo como Promotor 3, para ayudar a los muchachos que están en proceso de reintegración y de reincorporación”, afirma en un comunicado de prensa difundido por la ARN.
Pero él no cesa en su deseo de aportarle a la sociedad desde la educación. A través de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) ha desarrollado varios diplomados en temas como participación ciudadana, construcción de paz, mecanismos de justicia transicional, entre otros.
*Javier se empeña en lograr su sueño, aquel que dejó a un lado para hacer parte de las extintas Autodefensas Unidad de Colombia (Auc): ser coordinador de una institución educativa.
“Este es un proceso real, lleno de oportunidades que hay que saber aprovechar, solo el deseo de salir adelante y de cambiar nuestra vida, permiten que lleguemos lejos y es algo en lo que trabajo diariamente. Alejarnos de ese pasado que tanto daño nos hizo”, expresa.
Andrés Stapper Segrera, director general de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), reconoce que *Javier es un “buen ejemplo de tenacidad”.
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“Ahora su visión está dirigida a la construcción de paz con legalidad. Hemos acompañando estos procesos brindando asesoría permanente a través de la articulación institucional, con oportunidades educativas, productivas y económicas que le permita desenvolverse plenamente en la sociedad”, dice Stapper.
En Norte de Santander, de las 1.300 personas que ingresaron al proceso de reintegración, 650 lo han culminado satisfactoriamente.
(*) Nombre utilizado para ocultar su identidad.
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