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Ocaña
La fe y el sabor unen a las familias en las madrugadas decembrinas de Ocaña
Estas tradiciones navideñas, en Ocaña, mueven el sector gastronómico.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Lunes, 23 de Diciembre de 2024

Ataviados con cuanto abrigo encuentran en sus roperos para desafiar el frío de la madrugada decembrina, familias enteras asisten a las tradicionales misas de aguinaldo.


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Estos encuentros religiosos no solo sirven para renovar los votos de fe, sino también para elevar peticiones al Niño Dios de cara al nuevo año.
 

La Navidad reactiva la economía popular en la provincia de Ocaña.
Espiritualidad y gastronomía en un mismo escenario

Los templos de la iglesia católica se convierten en el epicentro de una tradición que combina devoción y sabor. Alrededor de las iglesias, vendedores ofrecen tinto, peto, empanadas, buñuelos y tamales. Estos alimentos reconfortan a los feligreses tras la novena, recargando sus energías para enfrentar las jornadas laborales.

Entre los puestos de fritos en la entrada de la catedral de Santa Ana, iglesia matriz de la diócesis de Ocaña, se encuentra Marlín Johana Quintero Guerrero, una abogada especializada en derecho público. Pese a su profesión, acompaña a su madre en el ‘bendito negocio’ de la Navidad.
 

La Navidad reactiva la economía popular en la provincia de Ocaña.
De la toga al delantal

El negocio de las arepitas creció conmigo”, comenta Marlín, quien recuerda con orgullo los inicios de niña, cuando ayudaba a su madre a vender para financiar su carrera en la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña.

La joven profesional no ve contradicción entre su vida de abogada y su rol en las calles. Desde las dos de la mañana, ella y su familia preparan las delicias que ofrecerán a los madrugadores. “Tengo la fortuna de poder complacer a los clientes con el famoso peto y las arepitas, cuya materia prima es masa de chócolo con huevo, carne y jamón. Cada mordisco es delicioso”, asegura.


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A pesar de ejercer su profesión, Marlín no olvida sus raíces ni el esfuerzo que la llevó a donde está hoy. “Ponerme un delantal no me hace menos. Sé de dónde vengo y estoy orgullosa de lo que hemos logrado como familia”, agrega. También destaca el papel de sus hermanos menores, a quienes motiva a seguir el camino de la superación personal
 

La Navidad reactiva la economía popular en la provincia de Ocaña.
Tradición que une generaciones

El negocio familiar, ahora liderado durante el día por su prima Mayerly en la plaza de mercado, es un legado que trasciende generaciones. Marlín combina su trabajo como consultora jurídica con la transmisión de conocimientos a los más jóvenes de la familia. “Los compradores se alegran al verme como abogada, pero también aprecian que mantenga viva esta tradición”, comenta.

Emilse Guerrero Sánchez, madre de Marlín, se siente orgullosa de su hija. “Es una bendición verla como profesional, pero también como parte fundamental de este negocio que nos ha sostenido durante años”, afirma.
 

La Navidad reactiva la economía popular en la provincia de Ocaña.
Bendiciones y comunidad en cada madrugón

Las madrugadas en Ocaña no son solo un espacio para la oración, sino también un punto de encuentro comunitario. Vendedores como José del Rosario Quintero Torrado, carretero que nunca falta a misa, encuentran en esta época un tiempo de reflexión y conexión. “La voluntad de Dios persiste para todos.

Estas tradiciones fortalecen nuestra fe y reactivan la economía local”, asegura.

Orlando Garay Ascanio, con 45 años de experiencia vendiendo café en el parque 29 de mayo, también forma parte del paisaje matutino. Heredó la costumbre de su padre y ahora ofrece tinto, chocolate y avena durante las misas de aguinaldo. “El negocio ha crecido, y seguimos brindando ese acompañamiento a los madrugadores”, afirma.


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Por su parte, Miguel Ángel López Mendoza, vendedor de peto, resalta la importancia de su oficio en esta época. “Es una bebida que abriga el alma. Gracias a esto he sacado adelante a mi familia”, dice.
 

La Navidad reactiva la economía popular en la provincia de Ocaña.
La esencia de una tradición viva

Las madrugadas decembrinas en Ocaña son más que un ritual religioso; representan una confluencia de fe, sabor y comunidad. En cada misa, en cada sorbo de café o mordisco de arepa, se refleja una tradición que persiste y une a los ocañeros. Es un testimonio de superación, esfuerzo colectivo y gratitud que trasciende generaciones.

Ataviados con cuanto abrigo encuentran en sus roperos para desafiar el frío de la madrugada decembrina, familias enteras asisten a las tradicionales misas de aguinaldo. Estos encuentros religiosos no solo sirven para renovar los votos de fe, sino también para elevar peticiones al Niño Dios de cara al nuevo año.


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