Un encuentro con personeros, enlaces municipales e integrantes de las mesas de víctimas se desarrolló, hasta ayer, en Ocaña para establecer un diagnóstico en materia de derechos humanos en la zona del Catatumbo.
En la cumbre, en el Club Tarigua, se analizaron a fondo el fenómeno de la violencia y las estrategias para el restablecimiento de los derechos fundamentales de los habitantes.
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Expertos en la materia expusieron las políticas públicas en la búsqueda de una atención más efectiva por parte del Estado.
Judith Maldonado Mujica, coordinadora regional de la Unidad de Víctimas, indicó que el objetivo fue cualificar los saberes de personeros, enlaces municipales y representantes de las mesas de la población, así como los planes de trabajo, acción, servicios y asistencia que desarrolla en las distintas regiones.
Igualmente fortalecer la capacidad de respuesta en municipios, para la garantía del mínimo vital, ante un eventual hecho victimizante masivo.
También, promover el cumplimiento de autos de seguimiento en inmediatez a la Sentencia T-025 (2004) de la Corte Constitucional, las recomendaciones de la Comisión de Seguimiento a la Política Pública de Víctimas y el Ministerio Público en aquellos municipios afectados por desplazamiento forzado, confinamiento y actos terroristas, entre otros.
Asimismo, mejorar la respuesta de las entidades territoriales con identificación del riesgo y capacidades locales de respuesta a emergencias humanitarias, en relación con: oportunidad, adecuación y pertinencia, coordinación y completitud para la entrega de atención y ayuda humanitaria inmediata.
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El ciclo de capacitación estuvo dirigido a los entes territoriales de Ocaña, El Carmen, Convención, Teorama, El Tarra, San Calixto, Hacarí, La Playa de Belén, Ábrego, Tibú, Cáchira, Bucarasica, La Esperanza y Sardinata.