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Olímpicos Río 2016
Olímpicos reconcilian a dos naciones históricamente en conflicto
Las gimnastas de Corea del Norte y de Corea del Sur se tomaron una fotografía para la posteridad.
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Sábado, 13 de Agosto de 2016

En un mundo donde los países viven una especie de recambio sociopolítico y cultural en pleno siglo XXI, en aras de una mejor relación, el deporte se convierte en un pulmón de oxígeno para formar lazos de amistad y fraternidad, hacer un llamado la convivencia a la paz y armonía.

Los Juegos Olímpicos, una “Torre de Babel” donde se confunden idiomas, credos religiosos  y razas; busca cada cuatro años esa integración social cultural y deportiva.

Y Río de Janeiro 2016, donde se disputan los trigésimos primeros juegos de la historia no es la excepción.

Sin embargo, en estas justas ha sucedido algo anecdótico y que nadie espera que ocurra dentro o fuera de la competencia.

El pasado miércoles nueve de agosto dos gimnastas de Corea del Norte y de Corea del Sur terminada la competencia femenina se tomaron una fotografía para la posteridad, como recuerdo de su participación en las justas de Brasil, en un momento difícil que viven las naciones asiáticas desde hace más de medio siglo.

La joven gimnasta surcoreana Lee Eun-Ju se declaró “sorprendida” el viernes por las repercusiones de su selfi con la veterana norcoreana Hong Un-jong durante la competición. “La vi y le pedí que nos hiciéramos una foto de recuerdo”, explicó Lee a la emisora de radio surcoreana KBS. “No me esperaba una reacción así, todavía estoy sorprendida”.

La simbólica foto entre las gimnastas de dos países vecinos pero técnicamente en guerra se viralizó en las redes sociales y provocó una oleada de comentarios.

Como no se firmó ningún tratado de paz después de la guerra de Corea (1950-1953), no hay prácticamente comunicación entre los dos países y los surcoreanos no pueden viajar al norte sin autorización gubernamental.

Incluso Thomas Bach, el presidente del Comité Olímpico Internacional, destacó este “gran gesto” que ilustra perfectamente el espíritu olímpico.

Lee tenía sólo 9 años cuando Hong, 10 años mayor que ella, se convirtió en la primera norcoreana en ganar una medalla de oro en gimnasia, en salto en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008.

Las dos gimnastas nunca habían coincidido en una competición antes de los Juegos de Río, pero Lee admitió que había visto a Hong por televisión y ésta le había impresionado.

“No sé mucho de política, pero no creo que nuestra relación con Corea del Norte sea tan terrible”, agregó la joven gimnasta.

“Nos mezclamos con atletas de otros países, nos saludamos. ¿Por qué nosotros no podríamos hacerlo también?”, se preguntó la joven surcoreana.

Yudoca egipcio hace desplante

(La actitud del yudoca egipcio Islam El Shehaby (derecha), fue criticada por los jueces y el público, al hacerle un desplante a su rival, Or Sasson.)

Pero mientras las dos gimnastas tomaron con tranquilidad los comentarios por la selfi que se tomaron sin querer herir susceptibilidades, en otro punto de las olimpiadas un yudoca quiso ignorar el espíritu olímpico y el juego limpio al no estrechar la mano a su contrincante, a pesar de haber perdido el combate, lo que sorprendió a los jueces por su falta de respeto  descortesía.

Se trata del yudoca egipcio Islam El Shehaby quien recibió fuertes abucheos el viernes después de negarse a estrechar la mano de su rival israelí, Or Sasson, tras su derrota en la primera ronda, en una seria violación a la ética del yudo.

Sasson venció a El Shehaby con dos derribos para una victoria automática, aproximadamente a minuto y medio del final del encuentro.

El Shehaby permaneció boca arriba por un momento antes de levantarse para tomar su lugar frente a Sasson en el tatami, ante el réferi. Cuando Sasson extendió el brazo, El Shehaby retrocedió y negó con la cabeza.

El réferi pidió luego a El Shehaby que volviera a su lugar y lo obligó a hacer reverencia; El Shehaby se limitó a bajar un poco la cabeza.

El Shehaby se rehusó a hacer declaraciones tras el incidente.

Los yudocas regularmente hacen reverencia o estrechan manos al inicio y final de cada combate, como señal de respeto en el arte marcial japonés.

La Federación Internacional de Yudo subrayó que el simple hecho de que este combate se haya realizado era una importante señal de progreso.

“Esto de antemano es una enorme mejora de que los países árabes acepten enfrentar a Israel”, afirmó el vocero, Nicolás Messner, en correo electrónico. Añadió que los competidores no están obligados a estrechar manos, pero sí a inclinarse.

Messner indicó que pese a que El Shehaby se inclinó un poco, “su actitud será evaluada después de los juegos para ver si se tomarán medidas al respecto”.

Egipto es el primer país del mundo árabe en firmar un acuerdo de paz y normalizar sus relaciones con Israel, después de décadas de guerra.

Sin embargo, El Shahaby había sido duramente criticado por voces nacionalistas y de tendencia islamista en Egipto por aceptar enfrentar a un israelí.

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