El estudiante de décimo semestre de artes visuales de la Universidad de Pamplona John Ojeda concibe la pintura como una forma de conservar la historia, los mitos y las leyendas de los pueblos. Por ello, tomó la tradicional historia del Cerro de la Vieja, de su natal Chinácota, para investigar.
La alusión al mito cosmogónico chitarero está soportada en una investigación que hizo y le servirá como requisito para graduarse como maestro de artes visuales.
Son más de 20 obras que se exponen en el museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar y que estarán visibles al público hasta el 18 de junio.
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Al referirse al trabajo ‘Inzachirama’, dijo que es el resultado de un proceso de investigación que abordó en el mítico Cerro de la Vieja y que está sustentado desde el punto de vista patrimonial.
“Me centro en dos imaginarios que de acuerdo con las narraciones sucedieron en ese lugar de mi municipio”, aseguró.
El estudiante universitario explicó que el trabajo recoge aspectos de la desaparecida cultura chitarera que habitó ese territorio, recogiendo lo precolombino visto desde lo mítico. El segundo imaginario hace parte de la incursión de los conquistadores en la época de La Colonia.
Las obras
De acuerdo con Ojeda la investigación está soportada en el arte a través de plantas que hicieron parte de los primeros pobladores o comunidades ancestrales del territorio, como achiote, tabaco, borrachero, hayo, maíz, sábila, fique y algodón.
Con las tinturas extraídas de las semillas de achiote y óxidos minerales, se elaboraron imágenes pictóricas que permiten apreciar su importancia y la función que cumplían dentro de la sociedad y que están ligadas con el mito y la leyenda.
Como estela central de la exposición están la cosmovisión del desparecido pueblo chitarero.
En la segunda muestra se destacan pinturas de corte colonial elaborados con técnicas mixtas, en donde se destacan hojillas de plata, oro y pintura al óleo.
Aquí se representan personajes de la leyenda del Cerro de la Vieja, como la Virgen, Margarita, el Fraile, el Cojito y el Compadre que se dice aparecía montado en un caballo.
Ojeda, quien tiene experiencia en el campo de las artes visuales, considera que la investigación es interesante desde el punto de vista patrimonial porque aborda un espacio del territorio, resaltando a su vez la riqueza material e inmaterial de Chinácota.
Igualmente indicó que después llevará el trabajo a su municipio para que lo aprecien y no se deje morir este legado que se heredó de los primeros pobladores.