Las figuras de un vaso con agua, un carro en medio del barro, un campesino y los rostros de los sacerdotes misioneros scalabrinianos Roberto Maestrelli y Francesco Bortignon resumen la memoria histórica del barrio San Juan Bautista Scalabrini, en Cúcuta.
Todos estos elementos confluyen en una obra de arte plasmada este fin de semana en una pared del colegio que lleva el mismo nombre de la comunidad, en donde también están un comedor comunitario y un templo católico.
De acuerdo con Franklin Díaz Medina, coordinador de Proyectos de la Corporación Scalabrini, la iniciativa del mural fue de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), la cual fue apoyada por la institución a la que pertenece, pues conoce las raíces de este barrio por el trabajo social que ha desarrollado, con la finalidad de que los habitantes no olviden su pasado.
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“Que recuerden todo lo complejo que ha sido la construcción del barrio, que son una comunidad que coincide y llevan 20 años juntos; ya vemos dos generaciones”, afirmó Díaz, quien además subrayó que San Juan Bautista Scalabrini fue fundado en su mayoría por desplazados de la violencia del Catatumbo entre los años 1999 y 2000, así como de otras ciudades del país.
Olga Ruiz, una de las primeras habitantes, expresó que una de las principales dificultades que tuvieron al empezar fue la falta de agua. Les tocaba cargarla en recipientes desde el barrio Crispín Durán. Después instalaron margueras y así nació el acueducto que tienen.
Eleazar López García, otro de los moradores fundadores, recordó que, para poder levantar sus casas y dejar a un lado los ranchos levantados al comienzo, trabajaron por jornal en la construcción de la escuela y la habilitación de vías y esta labor se las resarcía el padre Roberto con materiales como zinc, bloque, cemento, clavos, entre otros.
García recordó que Ramiro Suarez, siendo alcalde entre 2004 y 2007, fue quien llevó el pavimento a este sector, pero ahora también anhelan tener una red de acueducto y alcantarillado de manera formal.
Mientras alguna autoridades les cumple este deseo, los habitantes se encontran con sus raíces cada vez que pasan frente al colegio, tras ver el mural que fue elaborado gracias a Acnur, a la Corporación Scalabrini y también al talento de grafiteros de la Fundación Cultural 5ta con 5ta Crew.