En Cúcuta y al área metropolitana, el trabajo infantil (población de 5 a 17 años de edad) se redujo en 0,6 puntos porcentuales (p.p.). La tasa pasó de 2,3%, en el trimestre octubre-diciembre de 2022, a 1,7%, en el mismo período de 2023.
El informe entregado recientemente por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reflejó que 1.000 menores salieron del indicador y la cifra se ubicó en 4.000. Así, la capital de Norte de Santander ocupó el puesto 17 de la tabla de 23 ciudades.
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Además, en esta zona hay 17.000 infantes y adolescentes que no trabajan, pero realizan labores domésticas no remuneradas en su hogar por 15 horas o más.
La coordinadora del Observatorio Regional del Mercado de Trabajo (Ormet), Sharyn Nataly Hernández Fuentes, indicó que una investigación desarrollada por esta institución, publicada el año pasado, permitió conocer que, en Norte de Santander, estos niños están vinculados a actividades relacionadas con el comercio informal, la minería y el sector de agro.
También, la gran participación de menores en el mercado laboral está relacionada con labores en restaurantes y locales comerciales.
El estudio arrojó que 45% de los menores desarrolla su trabajo en el comercio al por mayor y al por menor, seguido por la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (30%), transporte de maletas en la zona fronteriza con Venezuela (10%), explotación de minas y canteras (5%), construcción (5%) y alojamiento y servicios de comida (5%).
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“Este es un fenómeno que vulnera los derechos de los niños, niñas y adolescentes y representa una gran oportunidad para las alcaldías de protegerlos”, agregó la economista.
¿Por qué trabajan?
“El nivel de estabilidad laboral de los padres o personas cabezas de hogar conlleva a que los niños y adolescentes deban trabajar desde temprana edad, para aportar y poder subsanar los gastos del hogar”, expresó Sharyn Hernández.
La investigación del Ormet reveló que 50% de los encuestados trabaja porque debe ayudar con los gastos de la casa, el 20% debe participar en la actividad económica de la familia, el 20% debe conseguir empleo para tener su propio dinero y el 5% debe costearse el estudio y su subsistencia por ser población migrante.
El 40% de los menores ejecutan sus labores como trabajador por cuenta propia, el 25% como jornalero o peón, el 20% como trabajador familiar sin remuneración, el 10% como empleado doméstico y el 5% como empleado de empresa particular.
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La coordinadora del Ormet señaló que, con el estudio, se dejaron las siguientes recomendaciones:
- Realizar un monitoreo y seguimiento a nivel municipal sobre los avances de los ejes estratégicos contemplados en la línea de política pública, para la prevención y erradicación del trabajo infantil.
- Incrementar la cobertura de programas existentes y de recursos económicos orientados a la prevención protección y mitigación del trabajo infantil.
- Diseñar capacitaciones sobre derechos y nuevas oportunidades representadas en planes programas y proyectos, que permitan evitar la vinculación al trabajo de menores.
- Promover y realizar articulación interinstitucional que permita la protección al menor mediante redes territoriales que aporten a la caracterización, identificación y verificación de la restitución integral de derechos a la población víctima del trabajo infantil.
- Aumentar las campañas de prevención y difusión articuladas con medios de comunicación.
- Revisar las medidas correctivas y procedimientos jurídicos con relación a los menores, padres y empleadores.
- Fortalecer el acompañamiento psicosocial, pedagógico y nutricional, como aspectos fundamentales que permitan avanzar en nuevas acciones.
- Fortalecer los procesos de regularización de población migrante, priorizando las familias que poseen integrantes menores de edad.
- Incentivar la formalización de las actividades económicas independientes e informales de las familias que presentan la vinculación de menores al trabajo infantil.
El dato
En Colombia, 310.000 niños y adolescentes trabajan, una disminución de 59.000 personas en comparación a octubre-diciembre de 2022. La tasa paso de 1,3% a 1,5%.
Bucaramanga es la urbe con el indicador más alto (3,4%), con una variación de +1,1 p.p. Quibdó y Manizales tienen la más baja cifra (0,5%).
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