El feminismo es considerado uno de los movimientos sociales y políticos más reconocidos en la defensa de los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes, teniendo en cuenta las brechas de desigualdad que existen entre ellas y las personas de género masculino.

Su alcance ha llegado hasta las niñas y adolescentes que, ahora, con el acceso a las redes sociales, han empezado a consumir contenido al respecto, dejando como resultado que algunas lleguen a autodefinirse como feministas públicamente.

Según la encuesta de 40db realizada para El País, las mujeres que se encuentran por debajo de los 25 años consolidan el 65,5% del impulso masivo que tiene hoy esta ideología, y demuestra que al menos dos de cada tres mujeres están de acuerdo con estas consignas.

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De esa forma, entra en discusión si las escuelas deberían o no comenzar a incluir la teoría feminista dentro de sus planes de aula, para formalizar la información a la que de todos modos se encuentran expuestos los y las estudiantes.

Florence Thomas, psicóloga, docente, escritora y feminista colombo-francesa, catalogada como una de las voces más influyentes del movimiento en Colombia, en diálogo con La Opinión habló sobre los grandes retos que tenía Colombia en materia de educación para incluir estudios de género y diversidad dentro de los planes académicos como una garantía de acceso a la información.

Con 80 años de vida, esta mujer ha contribuido a la educación, llegando a crear un grupo de mujeres durante 1980, que se llamó ‘Mujer y Sociedad’, y de forma interdisciplinaria -con el apoyo de docentes en distintas áreas de estudio- cuestionaban y reflexionaban sobre lo que significaba nacer mujer y estudiar en una cultura que ella define como “patriarcal”.

“A las jóvenes las transformamos y ahora hablan de feminismos, transforman desde las redes sociales, (...) hablan sobre la interseccionalidad y la lucha por la educación, ese es uno de los grandes debates del feminismo porque aún no logramos que se garantice el derecho a la información, a hablar sobre sexualidad, aborto y género”, señaló Florence. 

En torno a esto, han existido innumerables polémicas, pero la discusión se detonó luego de que se conocieran unas cartillas diseñadas por el Ministerio de Educación en cabeza de la entonces ministra, Gina Parody, para orientar a profesores sobre asuntos de género que, además, estuvieron permeadas de algunas noticias falsas.

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En ese momento se popularizó el término “ideología de género” y muchos grupos de padres de familia lo rechazaron, pues consideraban que quería imponérsele a los jóvenes en los colegios la homosexualidad, transgenerismo y feminismo.

Sin embargo, Florence argumenta que este concepto usado para referirse a los temas anteriormente mencionados, no existe y lo correcto es hablar sobre el “enfoque de género”, pues al ser Colombia un país laico, no se puede llamar imposición a algo que no se obliga a creer o apoyar, pues solo se explica e informa al respecto.

La inclusión de clases que hablen de feminismo es una utopía, como ella lo menciona, y en su lugar deberían empezar a incluir temas que conciernen a la juventud, sus dudas e inquietudes, alrededor de estos movimientos que han levantado tanto revuelo para que puedan formar su propio criterio al respecto.

Una de las principales disputas que señala Thomas, es la que concierne al derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), después de los nuevos avances que se han hecho, especialmente el que se llegó con la sentencia C-055 del 2022 -que permitió el acceso al aborto de manera libre y voluntaria hasta las 24 semanas-.

 A partir de este momento se cuenta con las tres causales que permiten realizar el aborto, siempre y cuando se cumpla con alguna de ellas, ya sea por malformación del feto, riesgo de vida de la madre o violación, pero se ha presentado desinformación respecto a este nuevo marco legal. 

Finalmente, lo cierto es que La Corte le ordenó al Ministerio de Educación hacer "una revisión extensiva e integral de todos los Manuales de Convivencia en el país para determinar que los mismos sean respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes y para que incorporen nuevas formas y alternativas para incentivar y fortalecer la convivencia escolar y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes" y hasta el día de hoy, sigue sobre la mesa la forma en que los colegios deben abordar este asunto. 

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