El asesinato de Aramis Machado Ortiz ocurrido el pasado jueves 16 de junio en la avenida 11 entre calles 26 y 27, en el barrio Bellavista -ciudadela La Libertad-, va mucho más allá de un simple hecho que hace parte de las cifras que manejan las autoridades en las estadísticas de homicidios, que hasta el 30 de junio (primer semestre de 2022) reportaron 127 víctimas en Cúcuta.
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Y es que este hombre, de 53 años, hizo parte del Frente Fronteras de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) que delinquió en la capital de Norte de Santander y el área metropolitana entre 1999 y 2004, siendo conocido como ‘Cabo Machado’.
Por eso, su homicidio volvió a traer miedo e incertidumbre dentro de quienes hicieron parte de esa organización criminal y decidieron desmovilizarse, pues la gran mayoría de excombatientes creen que su muerte hace parte de un exterminio al que están siendo sometidos.
Jorge Iván Laverde Zapata, mejor conocido con el alias de 'El Iguano', exjefe de ese grupo armado ilegal, señaló que a los 'exparas' los están matando por contar la verdad de lo que pasó durante los cinco años que delinquieron en esta zona de Norte de Santander.
“Desde el primer día que decidimos hacer el proceso de paz con el Gobierno Nacional empezamos a ser un objetivo de los diferentes grupos armados ilegales con los cuales estuvimos en guerra, además de la Fuerza Pública, políticos, ganaderos y todas las personas que se señalaron dentro del proceso de Justicia y Paz”, sostuvo el exlíder de las Auc.
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Añadió: “los enemigos son muchos. Hasta el momento van asesinados en toda Colombia 4.010 desmovilizados de las extintas autodefensas, una cifra más alta que el genocidio de la Unión Patriótica (UP), pero de esto no habla nadie. Si fueran guerrilleros muertos ahí si hacen bulla. Lo peor es que cada vez que matan a un exparamilitar las autoridades salen a justificar el asesinato”.
Y precisamente, con el crimen del ‘Cabo Machado’, según el exjefe de las extintas Auc, ya serían alrededor de una docena los excombatientes del Frente Fronteras que han sido asesinados desde que se desmovilizaron hasta hoy.
Cayó por un crimen
El homicidio de Machado Ortiz también recordó su historia con una organización ilegal en el Cesar y con las Auc en Cúcuta. Él fue el primer exparamilitar del Frente Fronteras que recibió una condena por parte del Tribunal de Justicia y Paz, luego de desmovilizarse.
En el fallo se puede ver que a este ‘expara’ le imputaron los delitos de concierto para delinquir, fuga de presos y fabricación, tráfico de armas y municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, teniendo que pagar solo ocho años de prisión, como lo contemplaba la ley de Justicia y Paz.
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Para junio de 2011, cuando se dio la sentencia de este excombatiente del frente que dirigió ‘El Iguano’, en el país se habían conocido otros tres fallos de exparamilitares de otros bloques. Los condenados para ese entonces fueron: Wilson Salazar, alias ‘El Loro’; Edwar Cobos Téllez, ‘Diego Vecino’, y Úber Banquez Martínez, ‘Juancho Dique’.
Sin embargo, la condena de Aramis Machado fue apelada por la Procuraduría porque él se encontraba en prisión purgando una sentencia de 34 años de prisión por homicidio y concierto para delinquir, y al someterse al proceso de desmovilización quería canjear dicho fallo por el nuevo de Justicia y Paz.
Solo hasta diciembre de 2012, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia dejó plenamente ejecutoriada la nueva sentencia y meses después recobró la libertad.
Lo que muchos no sabían en ese entonces era que el ‘Cabo Machado’ se enroló con el Frente Fronteras en 1999, cuando estaba en la Penitenciaría de Cúcuta pagando la condena de 34 años de cárcel por el asesinato Álvaro Antonio León Barbosa, ocurrido el 19 de junio de 1998, y por haber pertenecido a las Autodefensas Unidas de Santander y Sur del Cesar (Ausac).
Las autoridades en ese momento conocieron que Machado Ortiz ordenó el homicidio de León Barbosa porque este hombre, quien era el exesposo de su pareja sentimental en ese entonces, la habría amenazado de muerte. Quien ejecutó el crimen habría sido Yimis Rafael Ruiz Fernández.
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Por ese hecho, el Juzgado Segundo Penal del Circuito de Cúcuta profirió la sentencia condenatoria de 50 años de cárcel en contra de Aramis Machado, el 26 de febrero de 2001, por homicidio agravado y concierto para delinquir, pues él también perteneció a las Ausac, decisión que fue modificada por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cúcuta, el 22 de julio de 2002, por una pena de 34 años.
En una de las audiencias de Justicia y Paz el ‘Cabo Machado’ contó que su vinculación con los grupos armados ilegales se dio para proteger a su familia de la guerrilla en Curumaní (Cesar), pues él estuvo en el Ejército hasta 1997, llegando al grado de cabo primero y pasando por los batallones N°15, con sede en Ocaña, y el N° 14 de contraguerrilla, en Tunja (Boyacá).
Ese año, este hombre se contactó con Luis Ramírez Hernández, alias ‘El Flaco’, quien para ese entonces era el jefe de las Ausac, diciéndole que quería hacer parte de esa organización ilegal, y de inmediato lo metieron en las filas como instructor militar y urbano, teniendo que entrenar a muchos integrantes de esta organización ilegal en las fincas La Ucrania y La Sonora, ubicadas en Pailitas (Cesar), recibiendo un sueldo que oscilaba entre $700.000 y un millón de pesos.
Pero para finales de 1997, ya cansado de lo que estaba haciendo, el ‘Cabo Machado’ habría pedido un permiso a sus jefes y viajó a Aguazul, en Casanare, donde buscó a un hermano que laboraba en una petrolera para que le ayudara a buscar trabajo, pero como no encontró nada, en el primer trimestre de 1998, decidió llegar a Ocaña, donde presuntamente, junto con otros ocho hombres más, conformó una banda con la que supuestamente quiso tomar el control de ese municipio para delinquir.
Pero cuando apenas comenzaba a montar su ‘imperio’, las autoridades lo capturaron para el 30 de abril de 1998 y lo enviaron a prisión por concierto para delinquir, siendo recluido en la cárcel de Cúcuta.
Su función en el Frente Fronteras
Un año más tarde, para 1999, ‘Cabo Machado’ se contactó con Omar Yesid López Alarcón, segundo líder del Frente Fronteras de las Auc, y logró enrolarse con este grupo ilegal estando en la prisión, principalmente en el patio 16, del pabellón Disco.
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Una de las primeras acciones que le pidieron que hiciera fue tener certeza de cuántos paramilitares estaban en la cárcel de Cúcuta, para que tomara el control del penal y les prestara seguridad a quienes iban siendo capturados.
Por hacer parte de ese grupo de las Auc le pagaban mensualmente entre $400.000 y $700.000.
“Él cayó preso y se encargó de todo el tema carcelario. Limpió los patios de la prisión de Cúcuta para que nuestros hombres dominaran allá, además fue quien se encargó de toda la guerra que hubo adentro con varios bandidos en la cárcel. Nosotros lo proveíamos de armas”, contó Laverde Zapata.
Agregó: “él era muy conocido en esa cárcel, se daba bala con los guerrilleros, por eso cuando nos desmovilizamos, él lo hizo dentro de la cárcel, entregando todo el armamento que teníamos allá”.
En el escrito de la sentencia que fue proferida por el Tribunal de Justicia y Paz también se lee que Aramis Machado “recibió en dos oportunidades remisiones de armas de fuego, que fueron ocultadas en refrigeradores de bebidas, aproximadamente, fueron 40, entre macocas, ametralladoras, revólveres y pistolas, enviadas por Jorge Iván Laverde”.
La fuga de ‘El Iguano’
Además, ‘Cabo Machado’ en el 2000, cuando fueron capturados Omar Yesid López Alarcón, alias ‘Gustavo 18’, y Jorge Iván Laverde Zapata, ‘El Iguano’, líderes de las Auc, los recibió y les prestó seguridad dentro de la cárcel de Cúcuta. También organizó la fuga de estos dos.
En una de sus versiones libres, rendida el 26 de febrero de 2008, Machado Ortiz contó que con la llegada a la cárcel de Cúcuta de ‘El Iguano’, inició con todas las gestiones tendientes a facilitarle la fuga.
“Machado Ortiz informó que habló con el médico del establecimiento penitenciario para que ordenara el traslado de Laverde Zapata a la clínica Los Samanes. Laverde Zapata confesó que horas antes de su fuga, conversó con Aramis Machado, a quien le informó que todo estaba arreglado con el señor Petrochelly, para que una vez trasladado a la clínica, fuera rescatado por sus compañeros”, se lee en el fallo judicial.
Y finalmente la fuga de ‘El Iguano’, se dio a las 12:10 a. m., del 23 de noviembre de 2000, luego de la orden de traslado del médico y coordinación de la sección de sanidad de la penitenciaria y del visto bueno del director de la Cárcel Nacional Modelo de Cúcuta, para la época, Hernán Darío Mejía Petrochelly.
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Se conoció que el excomandante paramilitar se encontraba preso desde el 16 de noviembre de 2000 y a los siete días, luego de ser llevado a la clínica Los Samanes, llegaron dos camionetas con aproximadamente 15 a 20 hombres, que vestían uniformes de la Fuerza Pública, quienes se identificaron como miembros de las Auc, le ordenaron al poco personal del Inpec que dejaran sus armas y entregaran a Jorge Iván Laverde, una vez rescataron a ‘El Iguano’, huyeron hacia la zona rural de Cúcuta, donde tenían su principal centro de operaciones.
Luego de eso, en la cárcel de Cúcuta hubo revuelo y hasta destituciones por la fuga, porque las versiones que recopilaron las autoridades fueron muy confusas, mientras que el ‘Cabo Machado’ siguió tranquilo en prisión.
La otra fuga de ‘Gustavo 18’
Seis meses después de la huida de ‘El Iguano’, el ‘Cabo Machado’ volvió a participar en otra fuga, esta vez fue la de Omar López Alarcón, alias ‘Gustavo 18’. Este exlíder de las Auc escapó de la cárcel de Cúcuta el 17 de mayo de 2001.
“El postulado Aramis Machado narró que gracias a sus conocimientos militares y de enfermería, adquiridos en el Ejercito, entrenó durante 20 días a alias ‘Gustavo 18’, a quien sumergía en un tanque para que alcanzara una buena resistencia pulmonar, nivel que al ser logrado, le aplicó una inyección especial (anestesia), lo metió en una caneca de basura que fue sacada por alias ‘El Tigre’, y posteriormente recogida por varios hombres a la salida de la cárcel”, indicó el falló contra el ‘Cabo Machado’.
Pero el Inpec se dio cuenta de la fuga de López Alarcón hacia las 5:10 de la tarde, cuando hicieron el conteo de internos en el pabellón Disco, del patio 16. ‘El Tigre’ recibió $14 millones por su participación.
La desmovilización
Tras cinco años de haber montado el ‘imperio’ de las Auc dentro de la Penitenciaría de Cúcuta, donde se registraron varios enfrentamientos armados y las dos fugas de los líderes del Frente Fronteras que cayeron presos, Aramis Machado Ortiz decidió entrar en el proceso de desmovilización que se dio el 10 de diciembre de 2004.
Pues quería canjear la condena de 34 años que ya estaba cumpliendo, por una de 8 años, pena alternativa que se propuso en la ley de Justicia y Paz a los paramilitares que se postularan a ella.
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Hacía 2009, la justicia ordinaria le manifestó al ‘Cabo Machado’ que por haber purgado las tres cuartas partes de la pena inicial de 34 años, podía quedar en libertad, pero cuando fue a tramitar su salida se llevó la sorpresa de que, al haberse desmovilizado como ‘para’ del Frente Fronteras, debía responder ante las autoridades por tres delitos más, adicionales al de homicidio, por el cual ya había sido condenado.
Sin embargo, años más tarde, le concedieron la detención domiciliaria y siguió vinculado en el proceso de la desmovilización.
‘Hernán’, asesinado por el Eln
Entre los excombatientes de las Auc que han sido asesinados se encuentra Armando Rafael Mejía Guerra, alias ‘Hernán’, tristemente célebre por el terror que infundió como comandante en Villa del Rosario y quien pasó a la historia del mundo criminal en el país por ser uno de los creadores de los hornos donde los ‘paras’ incineraban a sus víctimas, en el corregimiento de Juan Frío.
Su homicidio se dio el sábado 10 de septiembre de 2016, en la calle 18 con avenida 23, del barrio Gaitán, cuando se tomaba unas cervezas. Ese día se conoció que dos hombres en moto llegaron hasta donde él estaba y el parrillero le disparó en repetidas oportunidades, aunque ‘Hernán’ alcanzó a ser llevado al Hospital Universitario Erasmo Meoz, falleció.
Horas después, por medio de un panfleto, el frente Carlos Germán Velazco Villamizar, del Eln, se atribuyó el asesinato.
Mejía Guerra ingresó a las autodefensas en 1995 en la región del Urabá; luego, en el 2000, fue trasladado al Bloque Catatumbo, que operó en Norte de Santander, siendo nombrado comandante en Villa del Rosario, bajo el mando de Salvatore Mancuso y Jorge Iván Laverde Zapata.
En el 2003 fue detenido y posteriormente postulado al proceso de Justicia y Paz. ‘Hernán’ fue uno de los paramilitares que con mayor lujo de detalles describió ante la Fiscalía los hornos del horror, que ardieron entre 2001 y 2003 en Juan Frío y donde los ‘paras’ convirtieron en cenizas a sus víctimas, muchas de las cuales eran llevadas desde Cúcuta y otros municipios del área metropolitana por los comandantes de esas zonas.
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A Bocanegra lo mataron en Los Negros
Orlando Bocanegra Arteaga, mejor conocido como ‘Viejo Boca’ o ‘El Viejo’, fue asesinado el miércoles 16 de agosto de 2017. Él fue una de las tres víctimas que aparecieron en un paraje desolado de la vereda Los Negros, del corregimiento San Faustino, zona rural de Cúcuta.
A los tres hombres, según se conoció ese día del hecho, fueron torturados y degollados. Al parecer, la intención de los homicidas era decapitarlos. El personal de una funeraria se encargó de recoger los cadáveres y trasladarlos al Instituto de Medicina Legal.
El exparamilitar, según las autoridades, tenía 49 registros judiciales y condenas de prisión por los delitos de homicidio, extorsión, porte ilegal de armas, concierto para delinquir, entre otros.
Bocanegra se acogió a la ley de Justicia y Paz y confesó los crímenes en los que participó de manera directa e indirecta como miembro de las autodefensas, a cambio de una pena alternativa de 8 años que cumplió en prisión. Entre estos, el asesinato del fiscal especializado Carlos Arturo Pinto Bohórquez.
El funcionario judicial fue ultimado en Cúcuta, el primero de noviembre de 2001, por sicarios que le dispararon desde una motocicleta en movimiento. Pinto Bohórquez había reemplazado a la fiscal María del Rosario Silva Ríos, asesinada en julio de ese año.
‘El Viejo’ operó desde el barrio Sevilla (donde residía). Bajo su jurisdicción estuvieron la ciudadela Juan Atalaya, barrio Aeropuerto y Tibú y Puerto Santander.
Según los testimonios de otros exparamilitares, en el barrio Sevilla eran citados empresarios del carbón y el arroz, ganaderos, políticos y personas del común por los comandantes ‘paras’, con el fin de cuadrar las cuotas extorsivas, denunciar guerrilleros, coordinar asesinatos o dirimir conflictos entre vecinos.
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A Lenin Palma lo mataron en San Cayetano
Lenin Geovanny Palma Bermúdez, alias ‘Alex’, apareció muerto el sábado 8 de diciembre de 2018, en un sitio desolado y apartado en zona rural de San Cayetano. Cuando las autoridades hicieron la inspección técnica a cadáver, a la víctima le encontraron una cédula con el nombre de Eduin Humberto Herrera Pérez, que, al parecer, había sacado para ocultar su verdadera identidad.
Se conoció que Palma Bermúdez estuvo con su familia la Noche de Velitas, pero recibió una llamada y salió a encontrarse con unos amigos por los lados de El Zulia, pero después de las 11:00 p. m., la esposa le perdió el rastro, apareciendo muerto horas después.
‘Alex’, mientras delinquió con las Auc fue comandante de una parte de la ciudadela Juan Atalaya, entre 1999 y 2004, cuando se desmovilizó.
“Después de su desmovilización, él hizo parte de Justicia y Paz como postulado. Durante su encarcelamiento colaboró activamente y confesó decenas de crímenes en los que participó. Su testimonio fue muy valioso para entender la violencia que se vivió en Atalaya durante la década del 90 y primeros años de la década del 2000, pues él antes de ser paramilitar, fue guerrillero del Eln”, contó una fuente judicial en ese entonces.
Sin embargo, el pasado jamás perdonó a Palma Bermúdez, pues una vez quedó libre, tras pagar los años de pena contemplados en Justicia y Paz, fue poco lo que se volvió a saber de él, a pesar de que uno de los compromisos que adquirió era que debía presentarse de manera frecuente ante los estrados judiciales, o cada vez que la justicia así lo determinara.
“Desde que él salió libre no lo volvimos a ver. De hecho, en Justicia y Paz se empezó con el trámite para excluirlo del proceso o declararlo como desaparecido, pues nunca se volvió a presentar ni a responder las citaciones que se le hicieron”, agregó la fuente.
Supuestamente, ‘Alex’ habría denunciado amenazas de muerte ante las autoridades, pero nadie lo confirmó.
Este exparamilitar confesó en el 2012, en el marco de una diligencia suya ante Justicia y Paz, que había matado a Juan José Pita, el empresario del chance en un hecho ocurrido el 27 de agosto de 2004 cuando se desplazaba hacia su finca de descanso en el sector de La Laja, en Capacho (Venezuela).
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‘Crispeta’ fue asesinado en la cárcel
Alexander Barreto Quevedo, alias ‘Crispeta’, quien habría sido comandante de las Auc en Tibú, fue asesinado el pasado 17 de marzo, en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en Boyacá, donde permanecía recluido.
Según se conoció, este exparamilitar tuvo una riña con otros dos reclusos, muriendo dos de ellos y el otro quedó herido.
Entre los tantos procesos penales que tenía ‘Crispeta’, estaba el asesinato del indígena Obed Dora Cebra, quien se desapareció el 30 de mayo de 2000 y días después lo encontraron en el sector Bocas de San Miguel, a unos 30 minutos en canoa, del corregimiento La Gabarra (Tibú), degollado y mutilado en sus extremidades.
Aunque él logró el beneficio que les otorgó a los desmovilizados de las Auc, en julio de 2011 lo capturaron por hacer parte de Los Urabeños, en una operación que llevaron a cabo en Tierralta y Valencia, en Córdoba.
“Alexander Barreto Quevedo, alias ‘28’, jefe de zona, desmovilizado del Bloque Catatumbo de las Auc; sindicado por los delitos de concierto para delinquir agravado, fabricación, tráfico o porte de armas de fuego y municiones, utilización ilegal de insignias y violencia contra servidor público”, señaló el reporte policial de ese entonces.
Además, ‘Crispeta’, en ese momento, tenía orden de captura del Juzgado Segundo Especializado de Cúcuta por el delito de concierto para delinquir.
“Barreto Quevedo, era el encargado de reportar las acciones criminales de la banda a Roberto Vargas Gutiérrez, alias ‘Gavilán’, máximo cabecilla de la banda criminal Los Urabeños en Córdoba”, añadió el boletín de prensa.
Según las autoridades, alias ‘Crispeta’ fue el responsable de liderar las confrontaciones armadas contra integrantes de la banda criminal ‘Los Paisas’ en la región sur de Córdoba, generando desplazamientos de campesinos a las zonas periféricas de Tierralta. También, era quien controlaba las zonas de producción de cocaína, para transportarla hacia la zona costera para finalmente sacarla hacía Centroamérica.
Este ‘expara’ fue capturado cuando estaba sumergido dentro de una laguna respirando a través de un tubo.
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