“¿Les gustó el mensaje? (el atentado con una granada) La próxima se la vamos a poner en la oficina (…) Si ustedes pensaron que no era enserio ya les quedó claro que no estamos jugando, somos los AK-47 y no ‘copiamos’ de nada”, fue el mensaje que llegó a la línea de WhatsApp de Radio Taxi Cone, minutos después que desconocidos tiraran un artefacto explosivo a las instalaciones, la tarde del pasado sábado.

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Este mensaje dejó claro que el ataque con la granada, ocurrido sobre las 4:30 de la tarde en la transversal 17 con calle 10 del barrio Cundinamarca, se debió a la exigencia de dinero por parte de la banda AK-47, que es dirigida por Jhoswar Saúl Hernández Sanabria, alias ‘S’ o ‘Saúl’.

Según se conoció, la directiva de esa empresa de taxis comenzó a recibir mensajes intimidatorios desde finales de enero, en el que los delincuentes se identificaban como miembros de esa temida banda, que hace de las suyas en la Comuna 1.

Los mensajes los enviaban a través de líneas de WhatsApp de Venezuela y Estados Unidos, en los que les pedían que se “alineen con nosotros, no paguen las consecuencias de no hacernos caso porque ‘no jugamos con carritos’, sino que estamos dispuestos a todo si no nos dan plata”, escribieron en otro mensaje al que tuvo acceso este medio.

Con el paso de los días los mensajes siguieron llegando, pero la empresa del ‘gremio amarillo’ no respondió, causando la furia de los delincuentes que cumplieron con sus advertencias el sábado, lanzando el artefacto sin importarles que en ese momento hubiera clientes o empleados.

Todo parece indicar que la intensión de ‘Saúl’ con ese ataque es atemorizar a la directiva de la empresa, pues extraoficialmente se conoció que les estarían exigiendo $100 millones.

“Los delincuentes saben que si esa organización sigue siendo atacada los clientes se espantan, generando una pérdida económica para los empresarios. Es decir, los ataques no los efectúan para asesinar sino para dar pánico y afectarlos en sus actividades”, dijo una fuente judicial.

El coronel Francisco Narváez, subcomandante encargado de la Policía Metropolitana de Cúcuta,  indicó que  estaban recolectando las versiones, videos de cámaras de seguridad y demás evidencias para identificar a los responsables.

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Varios integrantes del Gaula y la Sijín arribaron al sitio para adelantar las pesquisas, corroborando que el accionar empleado en el hecho es similar al de los hombres de ‘Saúl’, que consiste en tirar los artefactos explosivos al interior de los establecimientos para someter a las víctimas.

Así se dio el ataque

El ambiente de trabajo de los empleados que se encontraban el sábado en la serviteca que funciona en el primer piso de ese lugar, vendiendo aceite y repuestos para vehículos, se tornó al del miedo y el desespero cuando un desconocido llegó al andén, sacó una granada y la tiró.

Algunas personas que se alcanzaron a dar cuenta de esa acción, rápidamente salieron corriendo, pero era muy tarde, la onda explosiva hizo desastres, dejando un vidrio dañado y a tres personas lesionadas.

Se trata de tres clientes, dos hombres y una mujer, que llegaron minutos antes para que les hicieran mantenimiento a sus automotores. Ellos fueron trasladados hasta un centro asistencial en ambulancias, donde se recuperan de sus heridas.

La explosión no provocó un desastre mayor porque cayó en un hueco donde normalmente se meten los mecánicos para revisar la parte de abajo de los vehículos, por lo que la onda explosiva se concentró en ese punto.

La detonación se escuchó a varios metros de distancia, por lo que varios vecinos salieron a la calle para revisar qué había ocurrido, informándose inicialmente que se había tratado del estallido de un compresor de aire.

Sin embargo, con el paso de los minutos afuera de la empresa hubo un manto de misterio, varios policías fueron llegando para acordonar el sitio, luego ingresaron funcionarios de la Sijín  y el Gaula.

Dentro del sitio los uniformados encontraron la espoleta y el anillo de seguridad de la granada, corroborando la versión del ataque.

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