Sí a muchos cucuteños les preguntan por Wilmer Alberto Carvajal Torres, pocos sabrán de quién se trata; pero si le hacen la pregunta con el nombre ‘Súper Wilmer’ varios cucuteños contarán de los videos que sube a la red social Facebook y sus ganas de luchar, pese a ser un usuario de silla de ruedas.
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Wilmer sufrió un accidente laboral hace nueve años, cuando trabajaba como ornamentador en Puerto Santander. Quizá si hubiera contado con los implementos de seguridad en las alturas, cuando la tabla en la que estaba montado sobre unos andamios se volteó, posiblemente habría quedado colgando sin caer al vacío, como sucedió.
Cuando lo llevaron hasta un centro asistencial nadie le quería decir que se había fracturado algunas vértebras y no volvería a caminar. Al enterarse de su destino, este cucuteño de 32 años entró en depresión.
Admitió que iba a las terapias porque eran obligatorias, sonreía por disimular, pero solo quería estar solo y hundido en su tristeza, hasta que poco a poco fue asimilando que de ahí en adelante sería otra persona en silla de ruedas de las miles que hay en el país.
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La tristeza y la pena
Pese a que Wilmer siempre sonreía, no le gustaba que le tomaran fotos en silla de ruedas por pena a que lo vieran así –vulnerable y bajo las burlas que cualquiera podría hacerle-.
Eran días tristes en los que el apoyo de su hermana, su mamá y otros amigos y familiares, sumado al amor incondicional de su pequeña hija de tres años, lo motivaban a salir de su cama para sentarse en la silla de ruedas, que más que un medio de transporte era, en ese momento, una cárcel a la que estaba condenado a cadena perpetua.
De la sonrisa y las bromas que siempre acostumbraba hacer no quedaba nada. Ya no era ese joven alegre sino un triste hombre que sufría de los tortuosos dolores en sus manos, que no tienen mucha movilidad, y en sus pies que. pese a no servirles, aún conservan nervios activos.
Una ‘luz’ de esperanza
Hace nueve meses llegó una nueva oportunidad para Wilmer, quien actualmente no tiene tristeza en su corazón sino alegría y amor por su pequeña Danna Isabella Carvajal Contreras, su hija de cinco años de edad.
Se trata de las redes sociales y el ‘mundo’ de los generadores de contenido, personas que se ganan la vida produciendo videos de comedia con los que se hacen virales, llamando la atención de negocios que les pagan por grabar en los locales o fábricas o los mencionen en una historia, una transmisión en vivo o un contenido.
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Se hizo llamar ‘Súper Wilmer’ para motivarse a sí mismo a seguir adelante en los días difíciles, marcados por el dolor en su cuerpo y en los que la mente y el alma están agotadas. Uno de esos fue cuando acompañó a su última morada a Gerson Carmona, el popular ‘Chikilocuras’, su amigo del alma y también generador de contenido.
En fin, la vida le está dando una segunda oportunidad de ser feliz a Wilmer y él la está aprovechando al máximo poco a poco. Con cada vídeo en el que interpreta a su personaje ‘doble rueda’ – un rasta en silla de ruedas- siente que la felicidad no cabe en su corazón, se siente vivo y lleno de felicidad.
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