Persiguiendo ese inalcanzable sueño de niña de ser reina, la señora Ana Mercedes Carvajalino Romero, de 71 años, lo cumplió al ser coronada como soberana de la tercera edad en el barrio Villanueva, durante las fiestas de carnaval en Ocaña.
De estirpe campesina, oriunda de la vereda El Rosal, dedicada al hogar y a la fabricación de artesanías en el barrio Promesa de Dios se llevó el cetro y la corona del certamen que busca exaltar el legado de las abuelas en la sociedad.
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Su otro gran sueño es la adquisición de una casona, adornarla con las confecciones, piezas antiguas y manualidades elaboradas por los representantes de la tercera edad como punto de encuentro para los abuelitos de la región.
“Dios quiera que esa iniciativa haga eco en los oídos del alcalde Samir Casadiego y la primera dama, Magda Pallares, tan comprometidos con las mujeres emprendedoras. Quiero un sitio para reunirnos, practicar juegos de mesa, echar cuentos y fabricar artesanías porque todavía tenemos fuerzas y somos útiles”, reitera.
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El momento sublime
La soberana del sector Promesa de Dios, Ana Mercedes Carvajalino Romero, de 71 años, fue coronada como la Reina Central de Carnaval de la tercera edad en el barrio Villanueva, de Ocaña.
“Es un sueño hecho realidad, siento una alegría inmensa y voy a trabajar por el bienestar de los adultos mayores”, indica.
“Ha sido muy amable, cariñosa dedicada al hogar y a la elaboración de artesanías”, dice con orgullo su hijo Mauricio Clavijo Carvajalino.
Con gran espíritu parrandero, le encanta bailar y modelar prendas para vestir, madre de 5 hijos, 14 nietos y 6 bisnietos. Amante de la música, velará por la promoción de las manifestaciones artísticas y culturales de la vieja guardia. En esta ocasión 8 reinas de igual número de barrios participaron para exaltar los valores entre esa población que ha dejado un gran legado a las futuras generaciones.
En el evento que se desarrolla desde el año 1982, hace 41 años, se escogió como primera princesa de la barbatusca a la representante del Centro Vida, Élida Chinchilla de 75 años y de las callejuelas, la candidata de San Fermín, Doris Sarabia, de 70 años de edad.
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La adulta mayor premiada con el cetro y la corona será la encargada de gestionar programas para mejorar las condiciones de vida de los abuelos ya que aún son útiles para la sociedad.
El sueño de una madre
El organizador del evento Nahún Barbosa Palacio recuerda el sueño de su señora madre, Mariana Palacio de Barbosa, quien desde niña quiso ser reina de belleza, pero las condiciones económicas de la época no lo permitieron.
Con sacos de fique cerraron la callejuela y en el andén ubicaron una cortina. Las coronas las elaboraron con cartones, el cetro con cañas y la bellota de los racimos de plátano. Fueron envueltos con papel brillante para hacer más llamativo el certamen.
Los sobrinos y vecinos animaron el acontecimiento con tapas de los peroles y así lograron ungirla como la reina de la tercera edad.
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Año tras año se desarrolla el evento en la plazoleta del popular barrio de Villanueva para exaltar el espíritu parrandero y emprendedor de las mujeres de la tercera edad.
En una chiva rumbera, las candidatas recorren los sectores más emblemáticos de la ciudad, participan de una comida en un restaurante y en las horas de la noche, salen a la pasarela en vestido de gala y fantasía.
Asimismo, participan del tradicional desfile de los Genitores en la comparsa donde se simboliza la aparición de la virgen de las Gracias de la Torcoroma, patrona de los ocañeros. También en los actos culturales de las fiestas de carnestolendas.
No existe edad límite, pues han tenido mujeres hasta los 95 años que se constituyen en orgullo de hijos, nietos y bisnietos.
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“Demuestra que aún son útiles para la sociedad, esos espacios permiten cumplir los sueños de niñas, apoyados por los seres queridos”, manifiesta el concejal ocañero Mario Castellanos Chinchilla.
El evento ya se institucionalizó y cuenta con el apoyo de la secretaría de Educación, Cultura y Turismo de Ocaña. Año tras año, se dan cita las veteranas representantes de la belleza ocañera para exhibir los atributos y cualidades cultivadas durante su existencia.
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