Miles de turistas procedentes de diferentes rincones del mundo arriban hasta La Playa de Belén para disfrutar de un recorrido por Los Estoraques.
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El promotor cultural, Campo Elías Pacheco al lado de su esposa Georgina Bayona son los encargados de mantener vivas las tradiciones y dan la bienvenida a los forasteros en un pueblo declarado patrimonio cultural de Colombia. La pareja resalta el flujo de turistas y la reactivación de ese renglón de la economía, luego de la pandemia.
Durante el año se han movilizado más de 12.000 personas por la comarca de casas trazadas con perfecta simetría de la época colonial donde los guías explican las bondades de la naturaleza.
Un recorrido de dos horas permite conocer la riqueza natural existente con más de 300 especies de mariposa, 17 clases de murciélagos dispersores de semillas que ayudan a la germinación y la seguridad alimentaria un una gama de fauna y flora, destacándose la rana cristal, cuya piel trasparente permite apreciar sus órganos internos.
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La travesía transcurre por el mirador de la puerta del sol, las torres que semejan edificios de las grandes urbes, el volcán blanco, la ciudad perdida con las ruinas de castillos, catedrales góticas, cavernas donde sobresalen formaciones rocosas como la Esfinge, leones, la virgen, el rey, la tortuga, la cara de la bruja, gárgolas, el rostro del árabe y todo lo que pase por la imaginación de acuerdo al ángulo de donde se visualice.
El encanto escondido en la montaña
El nombre de Los Estoraques procede de una planta de alto poder medicinal en vía de extinción, y uno de sus atractivos es la cueva El Oasis donde se han tejido leyendas, mitos e idilios.
Luego de pasar por el sistema rocoso que semejan figuras fantasmagóricas por donde se aprecia el vuelo de 317 variedades de mariposas multicolores, la ilusión es llegar al cuarto de Bruno, inspirado en ese extraño personaje de la película “El Encanto” de Disney, ubicado en el corazón de Los Estoraques.
En esa cueva se respira un ambiente diferente, acogedor, un remanso de paz interior y el viento suave se calienta con los rayos del sol que se cuelan por los acantilados. Los Patatoques, una tribu indígena, hacían una prueba y era pasar por una estrecha grieta para acceder al ritual matrimonial y muy pocos visitantes cumplen con esa penitencia.
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La película trata de la familia Madrigal, quienes viven escondidos en una casa mágica en las montañas de Colombia, justo en un pueblo maravilloso llamado Encanto, y han bendecido a los miembros de su familia con un don especial, incluyendo el poder de sanar, fuerza, transformación y premoniciones al futuro, a excepción del personaje Mirabel. Sin embargo, es ella la única esperanza cuando la magia está en peligro.
Bruno Madrigal es uno de los personajes misteriosos de la película, es la “oveja negra” de la familia y su don especial se centra en ver el futuro. Por razones desconocidas, desapareció misteriosamente antes de los acontecimientos y su nombre es considerado tabú entre su familia.
En el interior de su cuarto, que fue abierto por la sobrina Mirabel, se puede apreciar un sinfín de figuras de apariencia fantástica esculpidas en las rocas por el viento que allí se encuentran.
Senderos de piedra blanca, una serie de columnas o pedestales de variadas formas y figuras, así como grandes cárcavas que se complementan con colinas, crestas de montañas y valles de quebradas son los paisajes que se destacan en esta trama de la animación.
Esa descripción corresponde a Los Estoraques, que fue declarado área natural única en 1988.
El maravilloso mundo de la naturaleza
Los visitantes quedan sorprendidos al conocer en el recorrido durante dos horas de las riquezas existentes en el lugar.
Hay más de 300 especies de mariposa, 17 clases de murciélagos dispersores de semillas que ayudan a la germinación y la seguridad alimentaria, una gama de fauna y flora. Se destaca la rana Cristal donde la piel es trasparente y se pueden apreciar todos los órganos internos.
La travesía inicia en el origen para llegar al mirador de la puerta del sol, las torres que semejan edificios de las grandes urbes, el volcán blanco, la ciudad perdida con las ruinas de castillos, catedrales góticas, cavernas donde sobresalen formaciones rocosas como la Esfinge, leones, la virgen, el rey, la tortuga, la cara de la bruja, gárgolas, el rostro del árabe y todo lo que pase por la imaginación de acuerdo al ángulo de donde se visualice.
La bióloga Andrea Navarro Niño, asegura que ese lugar no tiene nada que envidiar a otros atractivos a nivel mundial. “Los guías dictan unas charlas formativas para los niños sobre el cuidado de la naturaleza, con un lenguaje sencillo siguiendo la tradición popular”, indica.
El maestro Jairo Alexis Cerveleón García manifiesta que es un destino turístico donde se aprende mucho sobre la fauna y la flora que requiere más promoción a nivel nacional. “Excelente, es un tiempo muy bien invertido, para contemplar las maravillas que tiene Colombia”, agrega.
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El adolescente Juan Felipe Cerveleón Navarro, indica que fue un paseo bastante reconfortante donde se respira aire puro y se deja volar la imaginación de acuerdo a las perspectivas de las formaciones rocosas. Le llamó poderosamente la atención el cuarto de Bruno como lo muestran en la película.
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