De la noche a la mañana, Carlos Rolando Lizcano Manrique dejó de ser el modesto socio de una droguería en el barrio Los Pinos, de Cúcuta, para convertirse en la poderosa mano derecha del empresario barranquillero Alex Nain Saab Morán, procesado en Estados Unidos bajo el señalamiento de ser el principal testaferro del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
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Lizcano Manrique nació en Cúcuta el 24 de febrero de 1971 y en octubre de 2018 le fue expedida su cédula de identidad venezolana. Ese documento tiene como fecha de vencimiento octubre de 2028.
En el entramado de corrupción y de lavado de activos liderado por Saab Morán, detenido primero en Cabo Verde y extraditado hace varios días a Estados Unidos, ha salido a relucir el nombre de este cucuteño, a quien las autoridades estadounidenses acaban de imputarle cargos por lavado de activos, junto al exgobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, el empresario también colombiano Álvaro Pulido Vargas (antes se llamaba Germán Enrique Rubio Salas), y su hijo Emmanuel Enrique Rubio; y contra Ana Guillermo Luis, de nacionalidad venezolana.
Según informaciones publicadas por La Opinión y otros medios nacionales e internacionales, la firma Salva Foods 2015 fue fundada y dirigida por Saab y Pulido, pero “pertenece en el papel al cucuteño Lizcano Manrique, con vínculos también con ellos, a través del Holding Group Grand Limited”.
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Otras fuentes indican que autoridades estadounidenses le venían siguiendo la pista a Lizcano Manrique y adelantaron gestiones que terminaron con la reciente captura de Saab Morán. El 25 de julio pasado, Saab y Pulido fueron sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, por formar parte de una trama de corrupción en Venezuela, que incluía la venta de alimentos con sobreprecio.
Actividades en Cúcuta
En su momento, cuando se conocieron los primeros señalamientos contra Saab y Pulido, periodistas de La Opinión lograron establecer y verificar algunas de las actividades de Lizcano Manrique en Cúcuta, como por ejemplo que fue el dueño de la droguería Superéxito y de la firma Edicel, relacionada con redes eléctricas. Esta última fue liquidada, según registros de la Cámara de Comercio de Cúcuta de 2014. En 2015 fue cancelado el registro de la droguería. En 2003 aparece un embargo decretado por el Juzgado Octavo Civil Municipal. La droguería funcionaba en Los Pinos.
Novela de realismo mágico
La publicación digital elpolítico.com atribuye en forma rotunda que Lizcano Manrique es la mano derecha de Alex Saab Morán, “en esta gran trama de corrupción del gobierno venezolano”.
Dice que desde que Saab fue apresado en Cabo Verde, su vida parece la más insólita novela de realismo mágico. Este cucuteño saltó a la palestra pública por los negocios corruptos que hizo con la dictadura que impera en Venezuela. Luego, los detectives que le pisaban los talones descubrieron que es el principal operador financiero de Nicolás Maduro para evadir las sanciones de las autoridades estadounidenses, según la publicación digital.
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En abril de este año, en entrevista con La Opinión, el periodista de investigación cucuteño Gerardo Reyes Copello, autor del libro Alex Saab, la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro, también contó cómo Cúcuta y Lizcano Manrique juegan un papel fundamental en la historia de Saab y Pulido, toda vez que esta ciudad era una ruta obligada de dos de las grandes fuentes de su enriquecimiento en Venezuela: las exportaciones ficticias y los famosos Clap.
“Y lo digo porque en varias de mis consultas de documentos y de entrevistas, constantemente aparecía el nombre de Cúcuta y de un personaje llamado Carlos Rolando Lizcano Manrique, un empresario de muy bajo perfil en Cúcuta que tenía registrados un par de negocios, una farmacia, y que se vuelve fundamental para la organización de Saab, después de un episodio un poco esquemático del que no tengo muchos detalles”, señaló Reyes.
El periodista contó que tras un allanamiento a las oficinas de Saab y Pulido, en Caracas, estos tuvieron que salir huyendo y Carlos Lizcano fue quien los protegió en Cúcuta.
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“Lizcano ya era uno de los pasajeros de lo que yo llamo el expreso bolivariano, que era el avión que salía de Bogotá a Caracas los domingos en la noche con empleados de Fondo Global, Saab, Pulido y generalmente Lizcano, a quien una fuente me lo describe casi como el que llevaba el café”, dice.
En la entrevista agrega que: “la situación privilegiada de Cúcuta y del comercio internacional lícito e ilícito hace que este señor logre empezar a hacer los primeros negocios de importación de alimentos a Venezuela a través de su amistad con el gobernador del Táchira de ese momento, José Gregorio Vielma Mora. Al mismo tiempo, Lizcano era muy cercano a un gobernador de Norte de Santander de la época, y a su hija. No me dieron nombres pero solamente me la describieron como una joven muy bonita. Esa doble ventaja de Lizcano, de tener un pie en Venezuela y otro en Colombia en la frontera, le dio ese privilegio y logró hacer una primera importación, que era de azúcar y venía desde Brasil. Este señor entonces adquiere una gran importancia para el frente de los alimentos”.
La otra jugada de pagar el oro venezolano al mejor postor
Seguramente, Alex Saab Morán nunca pensó que llenar de gasolina el tanque de la avioneta donde se desplazaba a Cabo Verde, fuera el inicio de su fin.
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Después de ser detenido, las investigaciones sobre este colombiano han dejado al descubierto un intrincado entramado de corrupción y evasión.
El objetivo de Saab era que el dictador Nicolás Maduro se burlara de las sanciones que tiene a nivel internacional. Y tal vez hubiese funcionado, si no hubiera sido detenido en Cabo Verde, según la publicación, que dice contar con información y documentación de fuentes responsables y anónimas.
El barranquillero estuvo más de seis meses preso en una cárcel del país africano y en Venezuela se hicieron fuertes presiones para evitar que fuera extraditado a Estados Unidos. Incluso, le pagaban un costosísimo bufete de abogados encabezado por el exmagistrado español Baltazar Garzón.
La publicación le dedica un segmento especial “al nuevo personaje de esta novela”, como describen al cucuteño Carlos Rolando Lizcano Manrique, a quien reiteran que es la mano derecha del empresario barranquillero.
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Allí señalan que es el encargado de manejar una gran cantidad de negocios que tiene el principal testaferro colombiano del régimen de Maduro. Según una fuente, Lizcano Manrique siempre aparece relacionado con Saab y Pulido.
La estación internacional de Ureña
Los escoltas de él y otros de ese grupo son funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), según el portal Infobae. Por ese motivo, Lizcano Manrique controla la estación internacional de combustibles en el municipio fronterizo Pedro María Ureña, estado Táchira y a pocos kilómetros de Cúcuta.
Otras fuentes señalaron que la influencia de Lizcano en la compañía Minerven es indiscutible. Al respecto, indicaron que por esa vía controlan el oro venezolano. Agregaron que Lizcano maneja Minerven a través de Carlos Sánchez, quien recibe instrucciones provenientes de El Tigre, como le dicen a Saab Morán, “para que envíe todo el oro que salga”.
La Corporación Venezolana de Guayana Minerven C.A. (CVG Minerven) es una empresa encargada de la explotación del oro en el vecino país. Fue creada por el presidente Rafael Caldera en 1970, luego nacionalizada en 1974 por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
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Para 2011, Minerven planeaba crear una planta de refinación de oro en El Callao, estado Bolívar. La capacidad de procesamiento planificada fue de cien toneladas anuales. No obstante, desde que Maduro llegó al poder empezó la caída libre de Minerven. En 2013 la intervino y en 2015 pasó sus acciones a Petróleos de Venezuela (Pdvesa).
Saab Morán tiene en Venezuela, a través de Lizcano Manrique, una flota de ocho aviones con los que mueve la gente para las minas o para cualquier parte de Venezuela. Por eso, Lizcano entra y sale, como Pedro por su casa, de cualquier aeropuerto de Venezuela sin restricción alguna.
Vive en un edificio de Saab en la urbanización Las Mercedes de Caracas. En un estacionamiento tiene tres camionetas de lujo: Haylux, Fortuner y Runner. Sus oficinas están en el Centro Empresarial Altamira, en la capital venezolana.
En la flotilla de aviones controlada y al servicio de Lizcano está un Learjet, de matrícula YV3441, que fue retenida en julio de 2020 en Fort Lauderdale, cuando intentaba sacar 18 rifles de asalto, seis escopetas y 58 pistolas.
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De acuerdo con la acusación que hace Estados Unidos, el cucuteño y los demás imputados recibieron cerca de 1.600 millones de dólares de las autoridades venezolanas y transfirieron unos 180 millones a través o hacia EE. UU.
Si son declarados culpables, cada uno enfrentaría una pena máxima total de 100 años de prisión.
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