Dejar de fumar no es un proceso fácil. Se requiere de constancia y determinación para lograrlo, sin embargo, desde hace 20 años, miles de fumadores en el mundo han encontrado una alternativa que, aseguran, es eficaz para abandonar el tabaquismo. Se trata de los famosos cigarrillos electrónicos o vapeadores, pero ¿ qué se sabe realmente acerca de estos productos?
Hay quienes afirman que pueden ser perjudiciales para la salud, incluso llegar a causar cáncer de pulmón, porque contienen nicotina y otros elementos químicos, pero científicamente, de acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS) se requiere información adicional, especialmente sobre los efectos a largo plazo del uso de cigarrillos electrónicos o de exponerse a ellos, dado que no han estado en el mercado el tiempo suficiente.
La Asociación Americana de Cáncer establece que estos cigarrillos o dispositivos de vapeo están disponibles en muchas formas y tamaños, detallando que pueden lucir como bolígrafos, cigarros puros, pipas, dispositivos de memoria USB, entre otras presentaciones.
“Estos dispositivos incluyen una batería para la activación de este, una fuente de calor que calienta un líquido para convertirlo en un aerosol de partículas diminutas (a veces referido como “vapor”), un cartucho o depósito que contiene el líquido, y una boquilla o abertura utilizada para inhalar el aerosol”, explicaron desde la Asociación.Asimismo, señalan que, aunque los cigarrillos electrónicos no contienen tabaco, muchos de ellos si traen nicotina (la cual se origina del tabaco), sustancia que es inhalada hasta llegar a los pulmones.
¿Qué hay en el vapor de un cigarrillo electrónico?
De acuerdo con el estudio de la Asociación Americana de Cáncer, además de la nicotina, los cigarrillos electrónicos y el “vapor” (aerosol) de estos contiene propilenglicol o glicerina vegetal, las cuales son sustancias utilizadas para producir niebla escénica o teatral, “la cual se ha descubierto que aumenta la irritación pulmonar y de las vías respiratorias después de la exposición concentrada”.
De igual forma, manifestaron que, pueden contener otros elementos como compuestos orgánicos volátiles que, en ciertos niveles pueden causar irritación en los ojos, nariz y garganta, así como dolores de cabeza y náuseas.
Con respecto a los productos químicos saborizantes, señalan que, de acuerdo con algunos estudios, ha quedado en evidencia que muchos de los sabores contienen diferentes niveles de un químico llamado diacetilo que se ha relacionado con una enfermedad pulmonar grave llamada bronquiolitis obliterante.
También pueden contener formaldehído, “una sustancia causante de cáncer que puede formarse si el líquido se sobrecalienta o no alcanza el elemento calefactor”.
No obstante, los profesionales de la salud han dejado claro que, como los cigarrillos electrónicos o vapeadores son relativamente nuevos, aún se necesita más investigación para determinar sus efectos a largo plazo. “Aun desconociendo los efectos que el uso de cigarrillos electrónicos puede tener sobre la salud, hay informes recientes de enfermedades pulmonares graves en algunas personas que usan cigarrillos electrónicos o dispositivos similares como tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho náusea, vómito o diarrea, cansancio, fiebre o pérdida de peso”, agregan.
Los científicos aún siguen investigando, pero es importante saber que el aerosol (“vapor”) del cigarrillo electrónico contiene algunos químicos causantes de cáncer, aunque en cantidades significativamente más bajas que en el humo del cigarrillo.
¿Pueden ayudar a las personas a dejar de fumar?
Para algunos ha funcionado, mientras que, para otros, los vapeadores se convirtieron en su nueva adicción. Sin embargo, esto no está científicamente comprobado.
De acuerdo con la OPS, de los fumadores actuales, el 60 por ciento tienen la intención de dejar de hacerlo, pero sobre el supuesto potencial de los cigarrillos electrónicos “como intervención terapéutica para esta población que quiere dejar el tabaco, no se tienen datos concluyentes. Incluso se sabe que a menudo los dispositivos se usan junto con uno o más productos de tabaco, empeorando el problema”.
Una de las principales recomendaciones es proteger a los niños, niñas y adolescentes, porque se ha evidenciado que, en muchos países, los adolescentes que nunca han fumado, pero han utilizado el método de vapeo, duplican su posibilidad de comenzar a fumar cigarrillos más adelante en la vida, porque la nicotina puede conducir a la adicción.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los cigarrillos electrónicos son “indudablemente dañinos”, por lo que ha desaconsejado el uso de estos a quienes intentan dejar de fumar.
El Ministerio de Salud y Protección Social ha señalado que para las personas que desean dejar de consumir tabaco o cigarrillos electrónicos, existen diversos métodos e intervenciones eficaces como la consejería, la terapia farmacológica y la intervención cognitivo conductual, las cuales tienen eficacia y seguridad científica demostrada.
Sin registro en el país
En Colombia, de acuerdo con el Ministerio de Salud, estos dispositivos no cuentan con registro Invima para su uso como medicamento ni como dispositivo médico y, por lo tanto, no pueden ser recomendados por el personal de salud. Se estima que en el país son más de 42.000 los usuarios de productos de vapeo.
La Asociación Colombiana de Vapeadores (Asovape) afirma que los vaporizadores son la herramienta de reducción de daño más exitosa que ha logrado sacar del tabaquismo a más de 68 millones de personas alrededor del mundo.
Asovape se basa en varios estudios en Reino Unido e Inglaterra, porque allí han permitido y regulado la utilización de los vaporizadores como una política pública de reducción de riesgo y como método de disminución del consumo de tabaco.
En el Reino Unido, líder mundial en esta causa, en su Plan de Control del Tabaco implementado en 2020, incluyó al vapeo como uno de sus pilares fundamentales para disminuir cada vez más su población fumadora y hacer uso de la estrategia de reducción del daño.
En el mundo hay más de 1.100 millones de fumadores adultos. Desde el 2000 ha bajado el consumo.
Regulación en Colombia
El principal desafío que tienen los vapeadores en Colombia es que las políticas en salud se puedan adaptar al nuevo escenario. Asovape señala que, a partir de que los vaporizadores son diferentes, no podrían ser ni regulados ni aplicarles la mismas medidas ni cargas tributarias que los de combustión.
Para la firma colombiana Econestudio, en su estudio realizado en 2019, debe haber una legislación diferenciada para estos dispositivos, que en efecto proteja a la población menor de edad para que no tengan acceso a estos productos, pero que a su vez garantice el derecho de los colombianos adultos (afectados por el tabaquismo) a reducir el riesgo para su salud con estos dispositivos.
Para Francisco Ordoñez, presidente de la Asociación Iberoamericana para la Reducción de Daños por Tabaquismo (ARDT) y Asovape Colombia, en lugar de medidas prohibicionistas, se debe optar por exigir a todos los fabricantes que verifiquen el cumplimiento de los criterios de calidad y seguridad de los líquidos y de los dispositivos antes de comercializarlos.
No ha presentado ningún síntoma
Carlos Omar Jiménez Moncada no solo ha sido consumidor de cigarrillos electrónicos sino que, el año pasado, debido a la crisis ocasionada por la pandemia, estuvo dedicado por más de dos meses a la venta de estos productos.
Fue allí donde decidió aprender un poco más sobre el tema, señalando que, el vapeo sí es una estrategia interesante para dejar de lado el consumo del tabaco, además que es de gran ayuda “para aquellos a los que no le gusta el olor a humo”.
Carlos sostuvo que muchos de los que deciden utilizar los vapeadores son consumidores activos del cigarro tradicional, pero es una buena alternativa, porque de acuerdo con su investigación sobre el tema, “el vaper trae beneficios en la salud buenísimos, porque está comprobado que es 95% menos dañino que el cigarrillo”.
Explicó que con el vaper “se inhala o aspira un vapor. Es un líquido que cuando hace contacto con un aislante hace todo un proceso químico que pasa de líquido a gaseoso y por eso se genera el vapor cuando inhalas”.
Agregó que, vapear es más económico, porque un fumador activo puede estar consumiendo hasta 2 cajetillas de cigarros diarias, mientras que con el líquido del vapor “tiene la posibilidad de permitirle múltiples vapeos. Hay de distintos precios, de 20 mil pesos que es el vaper más económico y práctico, pero hay vaper costosos que oscilan entre los 2 y 3 millones de pesos, entonces a mayor precio, mayor es la efectividad del dispositivo”, detalló Moncada.
Aunque se han presentado casos en los que el vaper puede llegar a explotar, Moncada afirmó que esto depende de la calidad del producto, así como de las condiciones térmicas y del uso que cada persona le dé.
“El vapeo es distinto a fumar, lo que inhalas es vapor, lo que inhalas con el cigarrillo es humo, es monóxido de carbono. Sí recomendaría el uso de los cigarrillos electrónicos, porque hoy en día es más interesante que alguien vapee a que alguien fume y esto es bastante estético”, agregó Moncada.
Señala que durante el tiempo que lleva vapeando no ha presentado ningún síntoma adverso, por lo que considera que ha sido una de las mejores decisiones para dejar a un lado los cigarrillos tradicionales.
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