Para llegar a Comagüeta, ubicada entre los 3.472 a 3.520 metros sobre el nivel del mar se parte del casco urbano de Chitagá, tomando la carretera Central del Norte de comunica con El Cerrito Santander.
Después de 23 kilómetros se llega al corregimiento de Presidente. Un poco más arriba se ingresa por una vía destapada que después de 100 metros permite observar la laguna y una cascada que tiene más de 350 metros de altura, lo que se constituye en un espectáculo natural.
También en la parte alta y después de caminar dos horas se arriba a un valle con lagunas pequeñas compuesto por frailejones, romeros, chusques, musgos y demás vegetación de páramo que forman la caída de agua que corre el territorio en donde antiguamente habitaron los indios Chitareros.
Ahí vive la ambientalista Luz Marina Valderrama, quien desde hace varios años se convirtió en la defensora de los recursos naturales de esa región del Almorzadero.
“Ha sido una lucha dura para que la gente entienda que entre todos debemos cuidar estos sistemas que generan vida y es en donde va depender la supervivencia de la humanidad”, dijo.
Para ella ese espacio es un rincón en donde abunda todos los elementos de la biodiversidad que lo hacen diferente al concertarse fauna y flora propia del sistema del Almorzadero.
Al referirse a la laguna aseguró que el nombre de Comagüeta proviene de la cultura de indígena que significa “belleza oculta”.
Es por eso que es un sitio apto para disfrutar la naturaleza y se hace conexión con las montañas lo que es ideal para el turismo de contemplación.
La fauna
Valderrama, para darle más connotación a ese sector del páramo empezó el proceso de identificación de las aves, para lo cual contó con los servicios profesionales de dos biólogos de la Universidad de Pamplona.