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Antonio Nariño, el hombre de todos los tiempos
Nariño fue un revolucionario por naturaleza, en donde su ADN y su signo zodiacal: acuario, lo diseñaron dentro del marco del altruismo, pregonando siempre su idea de igualdad y libertad.
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Domingo, 3 de Octubre de 2021

Por: Elker Buitrago López

Hablar del Bicentenario del Congreso de Cúcuta de 1821, implica por antonomasia tener presente siempre a personajes que embarcaron a una mejor suerte nuestra Patria, en algunos casos intentos fallidos a posteriori y en otros frutos que dieron resultados, por ello entre otros muchos, se destacan superlativa-mente la visión y el genio del libertador Simón Bolívar y por la otra el del  Precursor de la Independencia, don Antonio Nariño, llamado por algunos historiadores como el hombre de todos los tiempos; ellos encabezaron el majestuoso propósito de la creación de la Gran Colombia, como forma de contrarrestar el dominio de otros imperios y formalizar el mejoramiento de una fortaleza económica, política y cultural, concibiendo a motu proprio un Estado fuerte.

Antonio Nariño, fue un revolucionario por naturaleza, en donde su ADN y su signo zodiacal: acuario, lo diseñaron dentro del marco del altruismo, pregonando siempre su idea de igualdad y libertad, desde muy temprana edad. Sus actuaciones fueron polifacéticas, como hacendado se involucró en la producción agrícola principalmente en el cultivo de la quina y el té, estudio filosofía y Derecho, político, revolucionario con sus ideas sociales, militar, impulsador de las tertulias en Santa Fe de Bogotá, principalmente con la denominada El Arcano de la Filantropía, en la cual se ahondo toda una agenda de conocimiento en la filosofía del derecho, la sociología y de otras ciencias; nombrado presidente del Estado de Cundinamarca, luego de una denuncia publicada en la Bagatela No. 11, contra su presidente don Jorge Tadeo Lozano  y finalmente designado por Simón Bolívar como vicepresidente del Congreso de Cúcuta de 1821.

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Su labor difusora más importantes desde un primer momento en sus diferentes actuaciones, la desarrollo siempre en el ejercicio del periodismo, logrando que se le considerara no solamente como el Pre-cursor de la Independencia, sino igualmente como el gran abanderado y por ende el superhéroe de la libertad de prensa en nuestro medio.

Es cruel y difícil referir de como por la publicación, previa traducción de los Derechos del Hombre el 29 de agosto de 1794, que constaba de 17 artículos, le costó por cada uno de ellos aproximadamente un año de padecimientos, como el abandono de su familia, de su riqueza, el  destierro,  estando en  prisión cerca de la quinta parte de su vida; cuenta el historiador  Jorge Ricardo Vejarano  que desde allí, “…comienza a escribir  con el seudónimo de Enrique Somoyar, seguramente  en recuerdo del Somoyar  de Cartagena que recogió a su hijo Antonio cuando éste mendigaba en la ciudad  para poder vivir y hacer vivir a su padre encerrado en una cloaca inmunda…Nariño escribió para periódicos que se editaban en la isla de León, sede de los constitucionalistas, pero escribió  desde su prisión  de Cádiz y al parecer libremente…”, todo como consecuencia de la publicación de los derechos del hombre y del ciudadano, tomados de la revolución francesa de 1789, y que generó ulteriormente el grito de independencia. A su regreso al país, de manera obcecada, caprichosa y sin temor volvió con su sinfonía de revolucionario en defensa de las libertades ya reconocidas en Europa, publicando entonces el periódico más importante del siglo XI, como fue el semanario La Bagatela, aparecido el 14 de julio de 1811, en donde en sus 38 números generó cambios institucionales fundamentales, en ciernes de nuestra institución. El periodismo igualmente lo desarrollo en otras publicaciones como el famoso periódico Los Toros de Fucha, con propósitos de propuestas de diseño de la República de la Nueva Granada y en controversia política con el general Santander.

De la prisión se libró cuando se proclamó el grito de independencia de 1810, cuando sus compatriotas, un poco tarde, se acordaron de él y pudo regresar de las bóvedas de Cartagena a Santa Fe.

Su aporte en la  Constitución de  Cúcuta de 1821

Primero que todo El Libertador en su grandilocuencia, como una forma de desagravio al Precursor, por todo lo que le había pasado, lo nombró como vicepresidente del Congreso de Cúcuta de 1821, en donde se generó en toda su historia del país, el nacimiento de la República de Colombia, dentro del marco de un entorno holístico supraestatal: La Gran Colombia, como forma de contrarrestar el poderío de otras naciones y  el subdesarrollo que ya se avizoraba.

Como vicepresidente del Congreso de manera formal lo instaló y después de extenuantes jornadas se logró la sanción de un nuevo orden constitucional, que marcaría una huella imborrable dentro del contexto del derecho público.

La nueva Carta Política de Cúcuta de 1821, marco una serie de coordenadas normativas, consideradas extraordinarias: un primer punto la unificación de varios territorios estatales bajo un mismo pilote, el florecimiento de una gran súper República. Un segundo punto, referente a la instalación de un nuevo orden periodístico, que se expresó en su artículo 156, cuando a su tenor se excluye o prohíbe la “censura previa” proveniente de disposiciones españolas y por antonomasia  se debe garantizar la “libertad de expresión plena”.

Dados los cambios extraordinarios en nuestra carta de navegación institucional, era necesario plasmar el acontecimiento y per se, fue entonces que aparece el periódico La Gazeta de Colombia, en donde en su primera plana se lee: “Tenemos al fin, la satisfacción de anunciar que el gobierno se halla en condición de poder cumplir uno de sus más importantes deberes, poniéndose en inmediata comunicación desde su centro con todos los pueblos. Por medio de la imprenta”. El número 6 de La Gazeta, está dedicado únicamente al texto de la Ley 17 de septiembre, sobre la extensión de la libertad de la imprenta y sobre la calificación y castigo de sus abusos.

Es de entender que el Precursor llevo a Cúcuta su impresor que siempre lo había acompañado don Diego Espinoza de los Monteros.

Como colofón podemos señalar que, los organizadores (autoridades locales, regionales y nacionales e igual el Círculo de Periodistas de Norte de Santander) han  brindado un homenaje a una etapa del país inconmensurable   en la conmemoración del Bicentenario del Congreso Constituyente de Villa del Rosario de Cúcuta, en donde se forjó la Primera Constitución de Colombia.

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