Imagínese salir de su casa y al volver encontrarla hecha llamas. Eso fue lo que precisamente le pasó a Gregorio Alvarado y a su familia, habitantes de la vereda Cinaral de Chinácota, quienes quedaron solo con la ropa con que salieron a trabajar y estudiar.
La mañana del 6 de febrero comenzó como todos los días para Gregorio y su familia. Llevar a su nieta a la guardería, a su hijo al colegio y dedicarse a trabajar. Lo hizo hasta cerca de las 10:00 de la mañana, cuando el paso de un carrotanque del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Chinácota lo alertó mientras laboraba en una cabaña del municipio.
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Alvarado cuenta que minutos más tarde recibió una llamada, una comunicación que lo hizo trasladarse hasta el lugar para presenciar lo que estaba pasando: su hogar, sus cosas, su ropa, entre otros enseres, estaban siendo devorados por el fuego, que no tuvo inclemencia para acabar hasta con la propia estructura.
“Aparentemente era un día normal. Mi señora también salió a laborar y estando en el trabajo recibí la llamada que mi casa se estaba incendiando, pero la verdad no creí que fuese tan grave la situación. Pero al llegar se perdió todo”, narró.
La emergencia fue atendida por los Bomberos de Chinácota que para apagar totalmente el fuego necesitaron de dos máquinas. Igualmente la comunidad aportó con una cadena humana para trasladar agua desde la parte superior a fin de ayudar a extinguir la conflagración.
“Las causas del incendio todavía están en investigación. Cuando llegamos la casa estaba incendiada y pues no se pudo hacer una verificación exacta de dónde se originó el fuego. Para sofocar las llamas necesitamos de cerca de 20 minutos y en otras labores, como el enfriamiento del sector, demoramos cerca de una hora”, manifestó Francisco Barón, comandante de la estación de Bomberos.
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Uno de los vecinos que se acercó a ayudar fue Walter Moncada, a quien varios gritos lo alertaron de que algo extraño estaba sucediendo, uniéndose a una tarea titánica para intentar ayudar a sus vecinos.
“Cuando vimos el fuego y que los vecinos empezaron a correr llegamos allá, pero ya no se podía hacer nada porque el techo ya había colapsado. Gracias a Dios ellos no estaban en la casa, nosotros acudimos con baldes y mangueras, pero no se pudo hacer nada. Todos lloramos viendo esa escena, fue muy terrible”, recordó.
Solidaridad en Chinácota
Ayer, se vieron varias muestras de solidaridad hacia esta familia, varios vecinos se acercaron al lugar para regalar algunos enseres como colchonetas, camas, ropa y otros, y desde la emisora comunitaria de Chinácota se adelanta una colecta a fin de ayudar a los damnificados.
Gregorio Alvarado mencionó que desde la junta comunal de la vereda se han recolectado otras ayudas y tras la visita del alcalde de Chinácota, José Luis Duarte Contreras, se prometieron gestionar otros recursos para aportar en la reconstrucción de la vivienda.
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Entre tanto, el comandante de Bomberos mencionó que el próximo sábado se tiene programada una actividad por todos los barrios a fin de recaudar recursos casa a casa con el fin de recuperar lo que la familia perdió en la mañana del lunes.
“Gracias a Dios hemos sido una familia muy unida, con la colaboración de la Junta y de la emisora estamos trabajando para reconstruir la casita, ojalá hacerla mejor. Seguiremos con fuerza y para adelante, gracias a Dios estamos alentados, nadie perdió la vida, lo material se recupera y vamos a salir adelante con la ayuda de todos”, puntualizó Alvarado.
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