Cuando la comida se convierte en un elemento central de las vacaciones y festividades navideñas, las posibilidades de aumentar de peso son reales y eso puede general, en algunos casos, comentarios negativos hacia el cuerpo de los demás, con un impacto distinto e impredecible en niños, jóvenes y adolescentes.
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Ante este panorama, expertos han llamado la atención sobre la importancia de reflexionar respecto a las consecuencias que pueden generar las palabras burlescas e hirientes relacionadas con el aumento de peso y la obesidad.
Frases como "ten cuidado, vas a salir rodando" o "a las gorditas no las quiere sino la mamá" pueden tener consecuencias significativas en la autoestima de niños y jóvenes, aseguró Maritza Rodríguez, psiquiatra e investigadora del Eating Disorders Research Society.
Rodríguez, codirectora de Equilibrio, la institución especializada en el diagnóstico y tratamiento integral de trastornos de la conducta alimentaria en Colombia, reflexionó sobre la llamada "cultura obesogénica".
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"En una cultura obesogénica, pero paradójicamente obesofóbica como la que predomina actualmente, pueden aparecer comentarios hacia los adolescentes que afectan su relación con el cuerpo", precisó.
Estas observaciones, según Rodríguez, a menudo son el punto de partida para la preocupación obsesiva por la comida y la imagen corporal en pacientes con trastornos alimenticios.
Estos comentarios pueden representar o ser interpretados como amenazas que sugieren que ganar peso conlleva la pérdida de admiración, cariño, fracasos amorosos o la exclusión social.
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"Es clave evitar hacer comentarios de este tipo a los adolescentes; hay adultos que no dimensionan el impacto negativo que pueden tener en algunos de ellos", destacó la experta.
La psicóloga clínica Juanita Gempeler, también codirectora de Equilibrio, ofreció una perspectiva sobre la vulnerabilidad que estos comentarios pueden generar en algunos jóvenes.
La experta señaló que a los problemas propios de la adolescencia, considerado un periodo crítico para la definición de la identidad y el autoconcepto, se pueden sumar los factores genéticos y del temperamento.
De manera que en el marco de un periodo de festividades, relajamiento y eventual subida de peso, los comentarios sobre el cuerpo de los jóvenes pueden generar consecuencias ligadas al perfeccionismo, la rigidez y características obsesivas, la imagen corporal y la conducta alimentaria.
"Es totalmente normal que se coma en otras horas y que se prueben cosas diferentes", destacó Rodríguez.
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Advirtió sobre el aumento temporal de peso, que se resuelve naturalmente al retomar la rutina diaria, sin necesidad de recurrir a dietas restrictivas.
La preocupación por los trastornos alimenticios es válida ya que en Colombia se atienden incluso niños agobiados por estos problemas.
La anorexia, caracterizada por una pérdida masiva y rápida de peso, puede requerir intervenciones de urgencia para evitar cuidados intensivos.
Las expertas de Equilibrio recomendaron a los padres estar alerta a señales de preocupación constante por la comida, el peso o la imagen corporal en sus hijos.
Jóvenes que desean hacer dietas a pesar de estar en un peso normal deben ser evaluados para detectar posibles trastornos de conducta alimentaria. La intervención especializada e interdisciplinaria liderada por expertos es necesaria en estos casos y debe ser proporcionada de manera urgente.
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