Los trastornos mentales son enfermedades que llegan a afectar a la persona en sí misma, su entorno y la sociedad. Son patologías que inciden directamente en el estado anímico, racional, afectivo y comportamental de las personas, entre otros, causando afectaciones en el desarrollo laboral, académico y familiar de quienes las padecen.
También, pueden presentar diferentes maneras de manifestarse como lo son pasar de la euforia al pesimismo o desarrollar obsesiones o comportamientos compulsivos; puede llegar a ser tan difícil que incluso la persona puede tornarse violenta con otros o incluso llegar a considerar el suicidio, entre otros casos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 450 millones de personas con trastornos mentales, con una similitud general entre mujeres y hombres.
El panorama en el país también es preocupante. Según una investigación del Observatorio Nacional de Salud Mental de Colombia (ONSM), dos de cada cinco personas padecen de trastornos mentales, siendo la bipolaridad, la esquizofrenia y la ansiedad los más recurrentes en la población. Además, el más reciente boletín de salud mental del Gobierno Nacional y el Ministerio de Salud señala que Bogotá es de las ciudades que más hospitalizados tiene por problemas de salud mental (2.39%), sumado a que Santander es el departamento que más casos tiene, representando más del 6.6 %.
“El trastorno bipolar se caracteriza por cambios afectivos en periodos de tiempo no mayores a los cuatro días. En la primera etapa se evidencia un estado depresivo, con llanto constante y fácil, ideas de muerte e incluso aislamiento de la sociedad. La segunda, por su parte, se caracteriza por un estado de manía e hipomanía, donde el paciente piensa más rápido de lo normal, se siente optimista, eufórico y puede llegar a tomar conductas de riesgo de carácter económico, alimentario y sexual”, advierte el doctor Carlos Quintero, médico especialista en psiquiatría, docente y director de orientación universitaria de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS).
A pesar de que hay factores externos que pueden incidir en episodios depresivos del trastorno bipolar como el estrés cotidiano, la pérdida del empleo e incluso la muerte de un ser querido, este tipo de afección puede controlarse a través de tratamientos farmacológicos que, de cumplirse a cabalidad, pueden asegurar el efecto de recuperación deseado.
El doctor Quintero agrega que trastornos como la bipolaridad se caracterizan y están consideradas dentro de las enfermedades crónicas e irreversibles, con alteraciones en algunos neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. “Mediante diferentes estudios, hemos detectado variantes genéticas que inciden en el comportamiento conductual y social. Sin embargo, desde las instituciones médicas, le damos un manejo con tratamientos biológicos y farmacológicos a través de medicamentos moduladores o estabilizadores que logren equilibrar fisiológicamente los episodios eufóricos y pesimistas”, continúa el especialista.
Cabe mencionar que los trastornos mentales se pueden diagnosticar estudiando a detalle tres aristas: historial clínico, evaluación psicológica y la realización de algunos exámenes físicos con pruebas de laboratorio.
Es importante resaltar, además, que el tratamiento de estas patologías debe contar con el acompañamiento de la familia, la red empresarial y el cuerpo médico correspondiente, e incluso la misma sociedad, comprendiendo que las personas que padecen de esquizofrenia, depresión u otro tipo de trastorno pueden cumplir en su totalidad con las responsabilidades personales y laborales, siempre y cuando siga el tratamiento como se le indica.
El tratamiento adecuado con fármacos biológicos, y el acompañamiento familiar, médico y social, sumado a la divulgación en medios de comunicación de campañas informativas sobre los trastornos mentales serán aspectos claves para lograr un manejo óptimo de los pacientes que sufren la enfermedad.