En la actualidad, los avances en medicina permiten a hombres y mujeres acceder a soluciones para iniciar su proceso reproductivo o proyecto de familia en el momento más adecuado. Una de estas alternativas es la preservación de la fertilidad, que consiste en la obtención y congelación de óvulos y espermatozoides -o gametos- durante un tiempo ilimitado. Así, es posible preservar estas células intactas hasta el momento en el que decidan utilizarse o hasta el momento en que un profesional de la salud lo recomiende.
Bajo este escenario, PlanM comparte cuatro datos clave sobre la congelación de gametos como una de las alternativas para la construcción de familia:
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1. La congelación puede considerarse como opción para alinear el plan de vida con el proyecto de familia
Cuando las personas entran en proceso de decidir formar una familia, pueden recurrir a distintos métodos y entre ellos se encuentran la congelación de óvulos y espermatozoides. Aspectos como el estilo de vida, el desarrollo profesional y el ejercicio de la autonomía reproductiva, influyen en que se decida optar por retrasar la maternidad.
La congelación de óvulos o espermatozoides se convierte en una posibilidad para postergar ese momento -si el médico que acompaña cada proceso así lo indica- y conservar la calidad y cantidad de los gametos, sobre todo en el caso de las mujeres, quienes con el pasar de los años, tienden a presentar una disminución significativa de la cantidad de ovocitos – óvulos madurados- y de su calidad.
2. ¿Hay una edad límite para optar por la congelación de gametos?
En el caso de las mujeres, es recomendable realizar este procedimiento antes de los 35 años, teniendo en cuenta que el número de óvulos va disminuyendo desde el comienzo de la menstruación y a esta edad, queda alrededor de un 10% de la reserva total. Sin embargo, estudios demuestran que se ha percibido una tendencia respecto a la media de edad de las mujeres en la que se someten a la fecundación in vitro (FIV): es a los 37 años y el 40% de ellas superan los cuarenta años.
Por su parte, la calidad de los espermatozoides en el hombre también se deteriora o disminuye con el paso de los años, pero esto no se convierte en un impedimento para tener un hijo sino hasta después de los 60 años, aproximadamente.
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3. La congelación de gametos: una opción para familias homo y monoparentales
El concepto de familia ha ido evolucionando con los años y cada vez existen más modelos para construirlas, como por ejemplo las familias formadas por un solo padre o madre y así mismo, las que comprenden una pareja del mismo sexo.
La congelación de gametos, al igual que otras técnicas de reproducción asistida, han contribuido con la diversidad en cuanto a modelos de familia, como es el caso de familias monoparentales y homoparentales, quienes, gracias a estas opciones, pueden acceder a la posibilidad de ser padres, si así lo consideran.
4. Preservación de la fertilidad para los pacientes con cáncer
En ocasiones, el cáncer y sus tratamientos pueden tener consecuencias en cuanto a fertilidad y pueden dificultar el proceso de tener hijos. Las personas con ciertos tipos de cáncer o quienes reciben tratamiento para mitigar la enfermedad pueden presentar problemas de infertilidad, causados principalmente por: tumores, extirpación de órganos cancerosos que sean necesarios para el proceso reproductivo, determinados tratamientos que incidan en los niveles hormonales o respuestas psicológicas como estrés o ansiedad.
En este sentido, la preservación de la fertilidad -y como una de sus alternativas, la congelación de gametos-, aunque aún son ramas emergentes de la ciencia, pueden brindar a las personas en riesgo de perder su capacidad reproductiva la oportunidad de concebir y tener su propia descendencia genética.
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