Un total de 284 homicidios se registraron en las zonas limítrofes venezolanas durante el último trimestre de 2020, según cifras presentadas en el informe Curva de la Violencia que adelantó FundaRedes en al menos seis estados fronterizos.
Javier Tarazona, director de esta organización prodefensa de los derechos humanos, destacó que además la documentación hecha por la red de activistas durante los meses de octubre, noviembre y diciembre, en los estados Táchira, Zulia, Bolívar, Apure, Amazonas y Falcón, da cuenta de 69 desapariciones y 86 enfrentamientos armados.
“En Venezuela no se cumplen los estándares internacionales ni se hacen esfuerzos para erradicar la trata de personas y es por ello por lo que se da un aumento de 527% en las desapariciones o secuestros comparado con el 2019”, explicó.
El informe revela que, de los 284 homicidios registrados en los seis estados fronterizos durante el cuarto trimestre de 2020, 133 tuvieron lugar en Zulia, que se constituye como el estado más violento de la frontera venezolana; 68, en Bolívar; 38, en Táchira;37, en Falcón; 5, en Apure y 3 en Amazonas.
Asimismo, de esta cifra total, al menos 113 personas fallecieron en medio de enfrentamientos armados donde participaron cuerpos policiales o militares, “lo cual indica que 39,7% de las víctimas murieron a manos de funcionarios de organismos de seguridad, mientras que los demás casos se dieron en robos, venganzas y femicidios”, detalló el vocero.
Táchira lidera el ránquin de desapariciones con 26, seguido de Bolívar con 16; otras 10, en Apure; 9, en Zulia; 6, en Falcón y 2 en Amazonas. Las cifras relacionadas con este delito ascendieron en más de 500% con respecto al 2019, cuando solo se documentaron 11 desapariciones en los seis estados fronterizos del país, en contraste con las 69 ocurridas en los últimos tres meses del año que recién culmina.
El director de FundaRedes destacó que, pese al esfuerzo realizado por la red de activistas para documentar la totalidad de las víctimas, hay casos de desapariciones o secuestros que no están registrados, debido a que la familias tienen temor y prefieren no denunciar, guardar silencio y esperar a encontrar a sus seres queridos por cuenta propia, incluso en la mayoría de los casos sin usar a las instituciones del Estado.
Enfatizó el vocero de FundaRedes que el informe Curva de la Violencia busca visibilizar el incremento de los índices de criminalidad que se evidencia en la frontera venezolana, aún en medio de las restricciones y de la disminución de la actividad económica producto de la pandemia por la COVID-19, “situación que el Estado pretende ocultar, negando las estadísticas reales”.
Para la organización, la violencia que se vive en Venezuela es el resultado de la emergencia humanitaria compleja por la que atraviesa el país, y que se evidencia en la destrucción del sistema de salud, la paralización educativa y las constantes fallas en los servicios públicos.