“Nos enteramos en octubre de 2023 que Karol G estaba registrando el nombre para su discoteca. Presentamos una oposición ante la SIC (Superintendencia de Industria y Comercio), ya que nosotros llevamos décadas usando ese nombre. Es nuestra identidad y queremos protegerla”, señaló Quevedo, quien asegura tener pruebas documentales que avalan el uso continuo de la marca.
El punto de conflicto: Registro versus uso previo
Karol G presentó la solicitud de registro de la marca El Callejón del Gato el 27 de abril de 2023, mientras que los Quevedo lo hicieron en julio del mismo año. Este detalle podría ser determinante en el fallo, ya que, según explicó la abogada experta en propiedad intelectual Ángela Amaya, el orden de presentación suele ser crucial en este tipo de casos.
“La SIC evalúa no solo el registro formal, sino también si hay pruebas sólidas de uso anterior de la marca. Sin embargo, si no se aportan suficientes evidencias, el registro de Karol G podría prevalecer”, indicó Amaya.
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En caso de que la SIC falle a favor de los Quevedo, Karol G tendría dos opciones: cambiar el nombre de su discoteca o negociar una licencia de uso con los propietarios originales. De no hacerlo, podría enfrentarse a demandas por infracción marcaria, lo que supondría un golpe tanto financiero como reputacional para su nuevo emprendimiento.
El abogado de los Quevedo, Camilo Villa, criticó la demora en el trámite, que ya supera el año, cuando lo usual es que estos análisis se resuelvan en unos seis meses.
“Esto no solo es inusual, sino que genera incertidumbre para ambas partes. Hemos presentado pruebas de que la marca se ha utilizado de forma constante, pero seguimos esperando una resolución”, afirmó Villa.
Además, Villa destacó que, aunque Karol G tiene un equipo legal fuerte, los derechos históricos de El Callejón del Gato no pueden ser ignorados. “El bar fue un ícono en Medellín y sigue siendo reconocido a través de las actividades de la banda. Queremos que la SIC reconozca esa trayectoria”, añadió.
Mientras tanto, Karol G sigue promocionando su discoteca bajo el nombre El Callejón del Gato, aunque con la sombra del conflicto legal. Para los hermanos Quevedo, el resultado del caso no solo determinará el futuro de su marca, sino que también protegerá su legado cultural en Medellín.
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