Dolor de cabeza, fiebre, escalofrío y pérdida del apetito son los síntomas que tienen encendidas las alarmas en la comunidad motilón barí de la zona del Catatumbo, por un brote de la malaria o paludismo durante el presente año.
Las autoridades sanitarias advirtieron la situación, practicaron las muestras correspondientes, de las cuales confirmaron 43 casos de esa enfermedad entre la población indígena, especialmente en los resguardos existentes en el municipio de Teorama. De inmediato se activaron los protocolos con el fin de evitar la propagación en una región de alta vulnerabilidad.
Al enterarse de esta situación, el alcalde, Hubert Said Conde Serrano notificó al gobernador de Norte de Santander, William Villamizar Laguado y al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quienes ordenaron la visita de una comisión especializada para mitigar los efectos del mosquito transmisor.
El Instituto Departamental de Salud, en cabeza de Fernando Augusto Álvarez García, delegó a un equipo médico con auxiliares de enfermería y promotores del ramo para atender a la población afectada.
“Gracias a una alerta elevada por uno de los líderes indígenas, el gobernador de inmediato dio instrucciones precisas para que los profesionales analicen la sintomatología y organicen un equipo extramural para efectuar los contactos con los caciques. Una comisión integrada por médicos, odontólogos, nutricionistas, y bacteriólogos practicaron 183 pruebas de las cuales dieron un resultado positivo 43 y de manera inmediata se coordinó la asistencia para la promoción y prevención”, explicó.
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El funcionario señaló que se logró neutralizar el brote de malaria en esta zona del territorio departamental.
Ancestral con avances científicos
El representante de la comunidad Yera del resguardo motilón de la Asociación de autoridades tradicionales Ñatubaiyibari, Acucuara Bashuna Aguishara, manifestó que durante muchos años han sufrido diversas enfermedades como la tuberculosis ganglionar, cerebral y la pulmonar que es la más común.
En el caso del paludismo resalta la presencia de las instituciones del Estado en el territorio para analizar la vulnerabilidad del pueblo indígena aislado del resto de la civilización.
“Con el hospital regional Emiro Quintero Cañizares se logró el acercamiento pues desde hace varios años se insiste en la creación de puestos de salud y dispensarios”, reiteró.
Un delegado del Ministerio de Salud habló con las autoridades indígenas. El ministro Guillermo Alfonso Jaramillo tiene conocimiento de la situación y ordenó el fortalecimiento de la línea estratégica de la red de auxiliares y promotores de salud para el alcance de las medidas de prevención.
“Somos 23 comunidades en el Catatumbo y en la jurisdicción de Teorama existen 7, estamos afiliados a Sánitas, pero en esta emergencia se requiere atención de alta complejidad”, agregó.
En todo el territorio está asentada una población cercana a 6.000 barí y se viene trabajando con las Unidades Básicas Extramurales combinadas con las plantas tradicionales para que haya una buena interculturalidad con equipos interdisciplinarios de la medicina occidentalizada, recordó. -
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También precisó sobre la importancia de complementar la medicina ancestral con los avances científicos para fortalecer el sistema de salud a través de los Centros de Atención Primaria, CAP, impulsados por el Gobierno nacional.
No bajar la guardia
El Catatumbo es un territorio endémico que requiere la revisión de las autoridades ambientales, aún más en momentos en donde siguen generándose alertas tempranas por la propagación de otras enfermedades como el dengue, Sika y Chikunguña.
El mandatario de esa población reiteró el llamado para la atención integral de las comunidades apartadas.
“Tenemos una emergencia con nuestras comunidades indígenas Barí, un foco de paludismo y malaria, afortunadamente se articuló el trabajo entre la administración municipal, las ESE que tienen influencia entre nuestro municipio, el Instituto Departamental de Salud y tuve la oportunidad de reunirme personalmente con el ministro de Salud, por supuesto para hacer una solicitud de inmediatez, de atención de parte de las autoridades del orden nacional, para las zonas alejadas como lo es el Catatumbo”, dijo.
El funcionario del alto gobierno se comprometió con la atención inmediata para superar ese foco de malaria y paludismo presentado en la región.
La malaria se define como una enfermedad infecciosa parasitaria que se transmite por la picadura de zancudos hembra infectados por el género Anopheles. Aunque pueden picar a cualquier hora, por lo general lo hacen al anochecer o amanecer, de ahí la importancia de usar toldillo, indican expertos.
Los casos registrados en el Catatumbo obedecen a la zona selvática, propicia para la proliferación del mosquito transmisor, es decir, una región endémica, considerando además que varios contagios provienen de la línea fronteriza.
Los habitantes deben estar alertas si presentan síntomas como la fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, mareos, pérdida del apetito, sudoración profusa, tos, diarrea, vómito, fatiga y dificultad al respirar.
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El llamado que se hace siempre es no automedicarse, sino acudir cuanto antes al médico y pedir el diagnóstico si sospecha que puede tener malaria o paludismo y tomar el tratamiento como se indique para evitar que otros se enfermen o que la enfermedad no se vaya, porque los parásitos pueden sobrevivir en la sangre.
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