Cada tanto, al hablar de temas de ciencia, el presidente colombiano Gustavo Petro desata polémicas en las redes sociales. La más reciente marejada de comentarios virtuales se produjo por su relato de que algunos extranjeros le preguntaron si Colombia ya había llevado tejidos humanos a Marte. El primer mandatario no dio más detalles respecto a la conversación.

“Los árabes de Emiratos Árabes Unidos nos dijeron algo que nos dejó un poco en silencio. Nos preguntaron, ¿ustedes ya llevaron tejido humano colombiano a Marte? Yo quedé un poco shockeado con la pregunta, pero entendí que ellos habían hecho un racionamiento más allá del presente. Lo que nos espera no es encontrar vida en otros planetas, quién sabe si haya. Por lo menos en los más cercanos, no. Lo que nos espera es llevar la vida a los planetas”, dijo Petro durante la inauguración de la Facultad de Inteligencia Artificial en la Universidad de Caldas en Manizales.

Sin embargo, se sabe que con la tecnología actual ningún país está en la capacidad de realizar una misión semejante. Es más, ni siquiera las potencias de la exploración espacial –Estados Unidos, Rusia y China– han hablado públicamente de una empresa de esa envergadura. Incluso, recientes estudios han revelado que las condiciones del viaje a Marte no son tan halagüeñas como se pensaban hace algunos años.

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Por ejemplo, el estudio Enfermedad renal cósmica: un estudio panómico, fisiológico y morfológico integrado sobre la disfunción renal inducida por los vuelos espaciales, publicado en la revista Nature, ha arrojado hallazgos sobre los riesgos para la salud de los astronautas en futuros viajes a Marte. La investigación ha demostrado que los viajes interplanetarios podrían tener graves consecuencias para el funcionamiento de los riñones, debido a la exposición a la radiación cósmica.

Los experimentos llevados a cabo simularon las condiciones de un viaje a Marte y revelaron un deterioro notable en la función renal. Según uno de los investigadores, “hemos visto que la radiación cósmica puede tener efectos devastadores en los riñones, provocando desde fallos renales hasta daños irreparables en los tejidos”.

Para evaluar el impacto de la radiación, los científicos utilizaron tejidos humanos y animales cultivados en laboratorio. Los resultados mostraron que los niveles de radiación esperados durante un viaje a Marte son suficientes para causar daños significativos a los riñones y a otros órganos vitales.

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Los riñones de los ratones expuestos a radiación durante dos años y medio sufrieron daños permanentes, pero los problemas ya se manifestaron con menos de un mes de exposición. Los túbulos renales se encogieron en pocas semanas, lo que podría explicar la frecuente aparición de cálculos renales en astronautas, un fenómeno previamente asociado con la pérdida de masa ósea.

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