Los cuerpos envueltos en bolsas y enumerados de quienes eran parientes, vecinos, conocidos de la vereda Naranjal, jurisdicción del municipio de Quetame, en el oriente del departamento de Cundinamarca, se agolparon el martes muy cerca del lugar donde una avalancha arrasó con todo a su paso, en una madrugada azotada por una tormenta inesperada en una temporada que solía ser de sequía.

La macabra contabilidad de cuerpos, que según el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, había llegado al final de la tarde a 15 víctimas mortales, empezó en el despuntar del día y aumentó con el paso de las horas. Empezó con cinco fallecidos y cerca de 20 desaparecidos, pero la cifra subió y con ello la dimensión de la tragedia.

El mismo García explicó que un aguacero descomunal aumentó de manera súbita y al mismo tiempo cuatro quebradas que desembocan en el río Contador que, embravecido, se desbordó llevándose por delante rocas, lodo, viviendas, enseres, proyectos económicos y vidas de familias y amigos de una pequeña vereda.

Además de los 15 fallecidos, ya todos identificados, la avalancha le causó heridas a seis personas, incluida una menor de edad traslada a un hospital en Villavicencio, mientras que los otros cinco fueron trasladados a centros asistenciales de Cundinamarca, de acuerdo al reporte divulgado por el gobernador García, que no mencionó el número de desaparecidos.

Las aguas del río Contador llegaron hasta la Vía al Llano y dañaron parte de las casetas del peaje del Naranjal, averiaron la estructura de dos puentes y destruyeron uno más, lo que obligó a las autoridades a clausurar esa la vía que une Bogotá con Villavicencio, que se estima será reabierta en dos o tres semanas.

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Eso informó hoy el gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, quien calificó de "terrible noticia" lo ocurrido, así como el cierre de la vía que obligará a los transportadores y usuarios a tomar por el sector Sisga-El Secreto, que aumenta los tiempos y la distancia entre la capital y Villavicencio.

"La Agencia Nacional de Infraestructura y el Concesionario nos han entregado el reporte de los análisis que le hicieron a las estructuras de los puentes. Desafortunadamente hay dos puentes que sufrieron daños en sus estructuras y no pueden ser utilizados. Ya están coordinando con los ingenieros militares para dos estructuras y esa instalación tarda entre dos y tres semanas, que es el tiempo que va a estar cerrada la vía, porque en la otra calzada la avalancha se llevó totalmente el puente", precisó Zuluaga.

Las consecuencias económicas del cierre de la Vía al Llano podría empujar al alza los precios de los alimentos en Bogotá y en sectores de Cundinamarca, dado que el Meta es una de las despensas agrícolas y ganaderas del centro del país.

García y Zuluaga se reunían esta tarde en un Concejo Extraordinario Departamental para la Gestión de Riesgo y Desastres, para coordinar el rescate y las soluciones a los problemas derivados de la tragedia, que apenas comienza.

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Por lo pronto, el gobernador de Cundinamarca declaró la "calidad pública" y la "urgencia manifiesta" en su departamento para "disponer de los recursos de manera inmediata, a través de la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo, para atender a las víctimas, a todas la familias que están siendo damnificadas y por supuesto atender también al municipio en todas aquellas obras e inversiones que deban hacerse de manera inmediata para mitigar estas tragedia".

A la zona del desastre fueron enviados este martes equipos de rescate de la Policía, incluidos dos binomios (hombre-canino), expertos en búsqueda de personas.

La Policía envió un total de 100 hombres, mientras que el Ejército destinó un equipo de soldados rescatistas, sumado a vehículos pesados y maquinaria necesaria para remover los escombros de una tragedia que llegó en una época en la que no solía llover y cuando el calor era sofocante.

Mientras que Olmedo López, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), anunció en la tarde que el gobierno entregará una única ayuda en efectivo de 500 mil pesos para los damnificados y la promesa de que los ayudará a reubicar.

El panorama en Quetame este martes era de desolación, con una capa de lodo que lo cubría casi todo y que le llegaba a las rodillas a los rescatistas, mientras que los cuerpos de las víctimas esperaban ser conducidos a la morgue. La tragedia apenas comienza.

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