En días pasados tuve ocasión de escuchar una charla del historiador Juan Camilo Vergara sobre el fin de la Edad Media, análisis en la que el conferencista mencionaba los efectos que había tenido en Europa a finales del siglo XV la segunda ola de lo que se llamó “la peste negra”; la primera ola había sido devastadora: hacia el año 600 d.c. la también llamada “peste bubónica” había acabado con cerca del 25% de la población. A finales de la Edad Media, hacia 1490, en momentos en que Cristóbal Colón descubría América, había ciudades europeas que igual que ahora, luchaban contra la pandemia. En la población de Siena al norte de Italia cerraban las casas, la gente no podía hablar, se creía que por el sólo hecho de hablar con alguien se podía adquirir la peste. Venezia quedó muy afectada comercialmente, la ciudad debió cerrarse.
Lo mejor que he leído de los efectos que vivimos por estos días con la pandemia, el mejor resumen, lo hizo el filósofo surcoreano Byung- Chul Han: “La histeria por la supervivencia hará que las sociedades sean más inhumanas”. En esa histeria anda el mundo por estos días. Mientras por un lado las noticias de la India son alarmantes, con más de 2.000 muertos diarios, en donde incluso ahora ya se habla de la “variante india”, una cepa del virus mucho más veloz en el contagio que tiene alarmados a los científicos, de otro lado, Israel le muestra al mundo sus imágenes de su gente ya en completa normalidad, sin tapabocas y toda su población vacunada.
Lo cierto es que como le sucediera a los pobladores de Europa al final de la Edad Media, en donde en esa histeria de esa época, en esa lucha por la supervivencia que afrontaron por aquellos años sus pobladores, que en algún momento llegaron a culpar a los judíos de ser los propagadores de la peste bubónica, y por ello alcanzaron a aislar a algunos de ellos y varios fueron quemados para evitar que se propagara la peste, hoy en día, mientras los hindúes sigan en ese caos, ojalá que no, pero los israelíes seguirán en riesgo de contraer la pandemia.
Como lo expresara el novelista italiano Alessandro Baricco: “debemos tener el valor de admitir que la pandemia es un escenario que nos hemos buscado…había demasiadas cosas sumidas en una exasperante agonía, la sociedad de consumo, la sociedad capitalista..”. La presencia de una peste, que coloca a toda la humanidad en una situación de histeria por la supervivencia, en una lucha, ¿después de que pase ocurrirá algún cambio de comportamiento en el ser humano? ¿Ocurrirá algún cambio en su ética, en su forma de vivir? De acuerdo a lo que estamos viendo por estos días, eso no sucederá. Por lo menos así lo están demostrando los países que tienen las vacunas necesarias para toda su población, con reservas suficientes, y otros están muy lejos de ser vacunados. Si se mira en una perspectiva histórica lo que ha sucedido con las pandemias en la humanidad, lo que por ejemplo pudo dejar la peste bubónica que con varias olas se prolongó durante siglos, el resultado no es el mejor; al ser humano no le dejan nuevas actitudes,
un nuevo comportamiento, una nueva ética. La reflexión incluso es simple: Si Israel muestra con orgullo que ya vacunó su población, ¿por qué no trata de hacer algo por la India que está en el caos absoluto? ¿Acaso es que los israelíes pueden garantizar que esa variante india nunca les llegará a ellos?
E igual le sucede a toda la humanidad. El filósofo Byung-Chul tiene razón, en esta histeria por la supervivencia la humanidad se vuelve más deshumanizada. Hoy en día entiendo que de 5 personas en países ricos, 1 persona está vacunada, mientras que en los pobres, de 500, tan solo una. La histeria por la vida.