Nada peor le puede llegar a Cúcuta por estos días que la confrontación entre el secretario de gobierno Francisco Javier Cuadros y Ramiro Suárez. Nuestra capacidad de autodestrucción y hacernos daño en Colombia no tiene límites. Que en un momento como estos como el que vive el mundo, el país y Latinoamérica que ya registra el mayor número de contagios en el planeta, y que una ciudad fronteriza como Cúcuta que tiene más de 4.000 venezolanos represados que no pueden ingresar a su país, ahora, como si quisiéramos “ echarle más leña a la hoguera” a una ciudad asediada de graves y complejos problemas, por estos días surge una controversia peligrosa por las acusaciones mutuas que se conocen públicamente, más inoportuno y grave no puede ser.
Para mirar el riesgo que tiene Cúcuta por estos días con la cantidad de venezolanos que intentan regresar a su país, no es sino mirar lo que sucede en ciudades cercanas; el viernes que regresé a Cúcuta en el carro es escalofriante ver las condiciones deplorables y los cambuches en los que se encuentran los migrantes a la salida de Bucaramanga que se nos pueden venir en cualquier momento.
El solo señalamiento que hace el secretario de gobierno es muy grave por donde se le mire. Que Ramiro Suárez está orquestando un plan para comprometerlo por presuntos vínculos pasados con paramilitares en una declaración ante la JEP, y que diera lugar a que en días pasados vinieran unos funcionarios de policía judicial a interrogar al doctor Cuadros, de entrada muestra que el asunto ha avanzado en una instancia que cualquier declaración trae consecuencias jurídicas. Así es, si Suárez miente, pierde todos los beneficios de la JEP y puede ser expulsado. Además una cosa es señalar a un servidor público de excesos, o abuso de poder en nombramientos por ejemplo, y otra cosa distinta es señalarlo de nexos con paramilitares. La sola seguridad del secretario de gobierno ya es un asunto mayor.
Si se trata de una manipulación del exalcalde para desestabilizar esta administración que apenas cumple 5 meses de gestión, con 4 secretarios suspendidos en circunstancias nada claras, pues muy grave y difícil encontrar un adjetivo peor que perverso, para percibir el nivel de enfrentamiento que está rodeando este enfrentamiento entre una fuerza política que ganó las elecciones el pasado 27 de octubre contra todo pronóstico, y otra, que como lo señala el doctor Cuadros, pretende desestabilizar, generar caos y retomar el espacio perdido a como dé lugar. Se trata de una confrontación política con armas y formas de degradación que puede llegar a niveles y consecuencias inimaginables. Puede suceder lo peor.
Y mientras tanto el ciudadano de la calle, desempleado, con miedo a la pandemia, ¿sin ahorros y los bancos negándoles cualquier oportunidad de crédito qué puede pensar en medio de esta controversia? El tema de la peatonalización no le dice mucho. El ciudadano espera una respuesta inmediata y posible a su situación de deterioro económico y social, que para muchos es tema ya de hambre. El 23 % de desempleo que tuvo Cúcuta en el mes de abril, para mayo puede ser mayor, próximo a la catástrofe.
Por estos días en una entrevista decía el Director del Banco de la República, como si se tratara de una redención, que bajando las tasas de interés se ha logrado liberar cerca de 9 billones de pesos con los que el ciudadano puede sobrellevar esta crisis. Lo de los 9 billones debe ser cierto, en lo que no dice la verdad el Director es que ese dinero nunca le llegó al ciudadano. La banca se quedó con el dinero y la gente sin posibilidades. Sabemos que por aquí en la ciudad todos estos efectos pueden ser aún más graves.
El ciudadano puede ver con estupor y frustración esa confrontación entre el secretario de gobierno y Ramiro Suárez, y con gran preocupación al ver que sus problemas reales más que en vías de encontrar una solución, van camino de agravarse. Bajarle el tono a esa confrontación no es fácil por los niveles que ya ha adquirido. Aquí en Cúcuta definitivamente lo inimaginable e impensable puede llegar a suceder: encontrar un problema más grave que el coronavirus, pero lo logramos.